Cerco a la corrupción
El gerente de Emarsa dice que todo lo consultaba con Crespo
El exgerente de Emarsa, Esteban Cuesta, declaró ayer por la presunta estafa y malversación en Emarsa.
VALENCIA-El gerente de Emarsa durante los años 2004 a 2010 declaró ayer ante el juez de Instrucción Vicente Ríos, por la causa por la causa que se sigue por estafa, malversación y delitos societarios y en la que están imputados nueve personas.
Cuesta estuvo declarando durante más de seis horas, y su interrogatorio no acabó y proseguirá el lunes.
El juez fue realmente minucioso en su toma de declaración hasta el punto de que el declarante, en numerosas ocasiones, dijo no acordarse del dato concreto que le preguntaba su señoría. Lo que sí dejó bien claro es que todas las decisiones que tomaba el gerente eran conocidas y avaladas por el entonces presidente del ente Emshi en el que se engloba Emarsa, Enrique Crespo. Con él mantenía una media de seis reuniones mensuales y estaba al corriente de todos los contratos que se suscribían.
Cuesta no aclaró diversas cuestiones, como por ejemplo, por qué constan facturas de reparaciones en maquinarias e instalaciones inexistentes como el digestor número 4, o por qué se abonaron facturas con conceptos como la pintura de un edificio de ladrillo cara vista.
Tampoco supo aclarar por qué en el año 2010 se facturas por una empresa de informática 174 teclados, 141 licencias de antivirus, 140 placas base o 149 ratones, cuando solo había 30 puestos informáticos.
Cuesta admitió que durante algún tiempo estuvo cobrando su sueldo en Emarsa, lo que calificó como «gastos de representación» por ser alcalde pedáneo. Estos suponían un cobro anual de unos mil euros, aunque a él le ingresaban dicha cantidad todos los meses.
También vio lógico que una agencia de viajes facturara por 300.000 euros en cuatro años.
Estafa, malversación, delito societario...
Los hechos por los cuales ayer comenzó la toma de declaraciones en fase de instrucción, se corresponden con la denuncia realizada por el PSPV contra los responsables de la empresa pública Emarsa (Empresa Metropolitana de Aguas Residuales) y varios empresarios. Se les acusa de haber facturado 32 millones de euros en servicios y suministros inexistentes, que la entidad habría pagado y los cuales se habrían volatilizado.
Hasta el momento hay nueve imputados, de los que siete son empresarios, mientras que los otros dos son el gerente de Emarsa de 2004 a 2010 y el director financiero.
El PSPV, que actúa como acusación particular, asegura que el agujero puede llegar a los cuarenta millones de euros, y hace hincapié en sus sospechas sobre Enrique Crespo, presidente del Emshi, entidad superior de la que dependía y en la que se integraba Emarsa.
A día de hoy, no está imputado, pero ha sido relevado del Emshi. Entre las empresas que podrían haber facturado de forma irregular, hay de todo tipo, desde proveedoras de informática, hasta constructoras, pasando por agencias de viajes.
Diversas auditorías reflejan el caos existentes: «aquí los jefes se cambian de ordenador portátil cuando quieren».
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