Canadá

ANÁLISIS El votante nacionalista es dócil al partido que ya no mantiene su raíz cristiana

La Razón
La RazónLa Razón

¿Afecta el nacionalismo a la descristianización de Quebec?–Hay algunos indicios de que es así. Quebec es la zona más descristianizada de Canadá. Según Georges Buscemi, del grupo pro vida Campaigne Quebec Vie, hay muchos quebequeses pro vida que votan al Bloc Quebecois porque, aunque el partido es abortista, valoran más su oferta nacionalista. Estos nacionalistas «a los que no les gusta saber que el aborto ha diezmado a la población francófona, están dispuestos a callar y seguir la línea del partido y lo votan sistemáticamente». Queda poco de la moral cristiana en el nacionalismo quebequés. ¿Es verdad que el tema del aborto está cerrado en Canadá? –Parece más bien lo contrario. Después de 40 años de aborto libre, el 75 por ciento de los canadienses lo sigue considerando algo «inmoral», según el Barómetro 2010 sobre Valores del Manning Centre, un «think tank» conservador. Además, después de 5 años de matrimonio homosexual, el 67 por ciento de canadienses aún cree que «el matrimonio por definición es entre un hombre y una mujer». Parece que la población del país lentamente está afianzando valores conservadores, pro vida y pro familia, y que eso inquieta a una clase política muy liberal. ¿Cuál es la situación de la Iglesia católica?–Hay indicios de que está empezando a crecer después de décadas de caída. En parte se nutre de la inmigración. Las Jornadas de la Juventud de Toronto 2002 significaron un pico en vocaciones, y el Congreso Eucarístico Internacional de Quebec de 2008 dejó un movimiento de jóvenes, Montee Jeunesse, que sale en procesión por las calles y también para evangelizar. Desde hace cuatro años los obispos católicos acuden a la Marcha por la Vida. Hay muy buenas relaciones con los evangélicos conservadores y una fluida colaboración con ellos en temas de familia, vida y solidaridad.