Armamento glaciar por Sabino MÉNDEZ

Los cañones de nieve artificial de las estaciones de esquí (más de cien por cada establecimiento), ¿afectan también a eso del cambio climático? Lo pregunto porque han llegado ya los verdaderos fríos y con ellos las grandes nieves. Se puede decir por tanto que empieza en serio la temporada de esquí. Lejos de mí la intención de fastidiarle los fines de semana a la clase alta, pero estoy seguro de que, dados los tiempos que corren, aparte de ricos querrán ser ecológicos, que hoy en día si no eres ecológico no eres nada. Así que estaría bien que alguien hiciera una de esas estadísticas estúpidas e impensables de nuestra época y nos dijera hasta qué punto el uso de tantos cañones en la parte civilizada del globo altera la media de temperaturas en el suelo de nuestras montañas. En caso de que se detecte algún futuro peligro medioambiental, los políticos deberían intervenir en el asunto tan decididamente como lo han hecho con la «ley Sinde», que para eso les pagamos. Ellos, como nunca nos defraudan, estoy seguro de que serán capaces de cortarles el paso sin melindres a los técnicos y a los científicos, porque es obvio que éstos, después de los cañones, deben estar ya trabajando en la bomba o en los misiles de nieve artificial. Se podría llamar también a Al Gore y que proponga una de esas cosas absurdas por las que le dan premios, un desarme glacial mundial o algo así.
Si les parece insensato el método que he seguido para llegar a estas conclusiones, dense cuenta de que no es otro que el que practican aquellos que piensan que el campo es sólo una buena causa. Consiste simplemente en ser lógico y esperar aletargados que sean las montañas quienes nos pongan delante el eco.