Venezuela

El problema es almacenar por José Antonio VERA

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Las energías renovables tienen necesariamente que ir a más y, sobre todo, mejorar su rentabilidad. Son aún caras, pero a partir de un coste de 140 dólares el barril de petróleo son tan rentables como los combustibles derivados del crudo, amén de contar con la ventaja de no contaminar. El problema de las energías fósiles es fundamentalmente que no las producimos, dependemos casi al cien por cien de terceros países, y éstos son políticamente inestables, como estamos teniendo estos días ocasión de comprobar con Libia y algunos países del Golfo, o en el pasado con Irán, Irak o Venezuela. Luego depender sólo del petróleo es una locura, y sustituir esa dependencia por el gas natural tampoco es aconsejable, principalmente porque los mayores suministradores mundiales, entre ellos Argelia y Rusia, también están sometidos a vaivenes preocupantes. Sobre la energía nuclear ya sabemos cuáles son sus pros y contras. Es verdad que no produce emisiones y que desde ese punto de vista es limpia, pero siguen vivos sus problemas de seguridad y residuos. Las nuevas centrales de ultimísima generación parece que podrían minimizar esos impactos al aportar una tecnología que permitirá reducir al mínimo los residuos, pero Fukushima hace aconsejable que la dependencia nuclear tampoco sea mayor de lo necesario. Hay países, como Francia, donde esa dependencia llega a ser del 70 por ciento. Un error de planteamiento porque significa someterse en exceso en un tipo de energía.


La apuesta española por la generación renovable es más que razonable, pero ha de ser una apuesta real, no sujeta a vaivenes como los vividos en los últimos tiempos, producidos en parte por una política de primas que han fomentado la especulación a gran escala sobre todo en materia de huertos solares. Más que favorecer la inversión especulativa lo que habría es que invertir en investigación, de manera que las energías solar, eólica y de biomasa puedan ser competitivas. La pujanza de la energía eólica, por ejemplo, es ya una realidad más que apreciable. Está llamada a suponer en menos de una década un 22,3 por ciento del mix energético, por delante del gas natural ( 16 por ciento), la nuclear (15), cogeneración con gas natural (12,4), carbón (9,3), hidroeléctrica (9,1) y solar (8 ). El problema mayor de las renovables sigue estando en las dificultades de almacenamiento. Hay días y meses en que la eólica y la solar tienen una capacidad de generación extraordinarias. Si se lograra almacenar toda esa generación limpia de los aerogeneradores y los paneles estaríamos ante un escenario autosuficiente. Pero el almacenamiento sigue siendo el talón de aquiles de las renovables. Los esfuerzos realizados para transformar esa energía en electricidad previa captura en células de hidrógeno no están dando los resultados apetecidos. Habria que insistir en ello con I+D, pues de ahí se derivará a largo plazo el éxito o no de estas fuentes limpias. Solventado ese problema, un modelo cien por cien renovable no tendría por qué ser necesariamente utópico.