Los músicos de la calle necesitarán una licencia para tocar

A partir de ahora cualquier músico tendrá que solicitar previamente al Ayuntamiento las actuaciones que desee llevar a cabo en la vía pública y éste tendrá que autorizarlas con límites temporales, sobre todo en zonas especialmente marcadas. Después, técnicos municipales se encargarán de comprobar la compatibilidad de estos «conciertos» con el descanso y convivencia de los vecinos.

El Consistorio que dirige Alberto Ruiz-Gallardón le ha declarado la a los sonidos que puedan llegar a molestar por su volumen. Otra de las disposiciones de la actual ordenanza es que prohibirá las actuaciones de grupos musicales y cantantes solistas que utilicen reproductores, amplificadores o elementos de percusión. La norma que aprobará la capital contempla hasta la posibilidad de que agentes de Policía puedan intervenir tanto estos aparatos como los instrumentos. Pero el principal escollo al que se tendrán que enfrentar los músicos que no obtengan la «licencia» para tocar será la imposición de sanciones. Unas multas que pueden alcanzar hasta 750 euros.

Con la puesta en marcha de esta norma Madrid se unirá a otras ciudades de todo el mundo que ya legislaron la presencia de los músicos en sus calles. En 1987 en Nueva York, por ejemplo, se creó «Music Under New York», un mapa que marca las únicas 25 ubicaciones que los músicos pueden utilizar en la Gran Manzana. Los artistas que ocupan estos exclusivos puestos son seleccionados a través de un proceso similar al del programa Operación Triunfo. En Barcelona la música callejera también fue objeto de regulación.

En la capital aún no se trata de una Ordenanza en firme y ya ha recibido las críticas de ediles de IU y PSOE en el Ayuntamiento. El socialista Pedro Sentín, señaló que la nueva norma «criminaliza a los artistas callejeros que pasarán a ser considerados delincuentes clandestinos a los que se podrá poner multas», informa Ep. Por su parte, el portavoz de IU, Ángel Pérez, aseguró que esta decisión llevará «hasta la práctica desaparición del concepto de música callejera». Hasta ahora sólo han hablado los políticos. Ahora son los músicos los que tienen la última palabra o, mejor dicho, la última nota.