S'Amarador Menorca en el plato

La isla posee una gastronomía tradicional rica en sabores y contrastes. Las aguas del Mediterráneo llenan las mesas de pescados salvajes y los campos y huertos, de verduras de intenso sabor. Es tiempo para disfrutar de la naturaleza, de los deportes acuáticos, pero también de la buena mesa. La caldereta de langosta –de la especie Homarus gammarus– es uno de los manjares tradicionales más típicos de la temporada. Ésta se alimenta de pequeños pescados, como erizos de mar, mejillones o chipirones, y los pescadores de Menorca la capturan de forma artesanal, es decir, con cestas que colocan en el fondo del mar. Alcanzan los 50 centímetros de largo, pesan entre 400 y 600 gramos y sólo se permite su captura del 1 de marzo al 31 de agosto. Para comprobar que son frescas, basta con levantarlas por las antenas delanteras, si mueven la cola rápido, lo son. En la época estival, resulta ésta una sopa muy demandada y en S'Amarador sirven una receta auténtica, perfecta para consumir entre varios comensales.

Puestas de sol diez
El emblemático local, situado en el puerto de Ciudadela, ha permanecido cerrado durante dieciocho años y para su reapertura, una de las noticias gastronómicas más sonadas del verano, estrena decoración. La fachada se mantiene fiel a la esencia de la original y, una vez en el interior, el espacio cuenta con un comedor, un patio interior y una terraza en la que disfrutar de unas espectaculares puestas de sol.

En cuanto al horario, éste se acoge a la tendencia que triunfa en el panorama culinario: ofrecer «non stop», desde las doce de la mañana hasta medianoche, sus recetas, por eso de que después de la playa el hambre siempre aprieta.

Apuesta por una cocina mediterránea alimentada por los mariscos y pescados de calidad. Destacan las calderetas (también la sirven de bogavante), claro, pero también los arroces (negro, marinero o de mariscos), perfectos todos para compartir, tanto como la parrillada de pescado y marisco o la fritada de éstos. Sepa que es momento del gallo de San Pedro y del rape. Acompañe el suyo al horno con la ensalada dulce de ventresca y una copa de vino de Binifadet. Antes, eche un vistazo al apartado de entrantes, ya que lo componen unas sabrosas croquetas, gambas, mejillones a la plancha o al vapor, escupiñas y calamares. Los rebozados se llevan la palma, igual que la sepia a la plancha. Para terminar, las fresas al horno con helado de coco. En cuanto a la carta de vinos, poseen cerca de cien referencias. Descubra los ejemplares de la isla, merecen la pena.