El gobierno pospone de nuevo la aprobación del acuerdo con la «troika»

El fantasma de la bancarrota se aleja de Grecia. La quiebra a la que parecía abocada la nación helena está un paso más lejana después del principio de acuerdo al que llegaron ayer el Gobierno del primer ministro, Lucas Papademos, y la «troika» que componen el FMI, el BCE y la Comisión Europea. En plena oleada de huelgas, con la paralización de trenes, ferries, escuelas y bancos, y con los hospitales públicos en unos escuálidos servicios mínimos, los tres partidos griegos que respaldan al Gobierno interino alcanzaron un principio de acuerdo sobre los dolorosos planes de austeridad que exige la Unión Europea para mantener a flote a Grecia dentro de la agitada eurozona.

La confirmación oficial por parte del Gabinete de coalición –conformado por socialdemócratas, conservadores y ultraderecha– se vislumbraba a última hora de la tarde. Sin embargo, un portavoz de Papademos aseguró que el Gobierno había decidido posponer la aprobación de las medidas a la mañana de hoy para así explicar el principio de acuerdo a la «troika» en una reunión extraordinaria celebrada anoche.

El asunto más espinoso es la reducción del gasto público. El Gobierno griego ha logrado respaldo para recortar 2.300 millones de euros de los 3.300 que exige la «troika», mientras ésta quiere que sean 3.300 millones.

El borrador del acuerdo incluiría varias de las medidas adicionales de ahorro esenciales para que Grecia obtenga un nuevo crédito, de al menos 130.000 millones de euros, que evite su bancarrota. De acuerdo a los medios griegos, entre éstas figura una rebaja de entre el 20 y el 25% del salario mínimo (actualmente 751 euros brutos), recortes del 20% de las pensiones por encima de 1.000 euros y una disminución sustancial de los complementos que superen los 150 euros en todas las pensiones.

Además, el pacto incluye los despidos de 15.000 funcionarios, un asunto considerado sagrado hasta ahora ya que los empleados públicos han estado blindados desde hace un siglo para evitar las purgas políticas generadas por los cambios de gobierno. También se abre la puerta al despido de personal con contratos no fijos, drásticos recortes de los salarios en las empresas públicas y la privatización inmediata de éstas, la liberalización de las profesiones «cerradas» (como taxistas o notarios) y la abolición de los convenios colectivos. La «troika» ha advertido de que si no se ratifican estas medidas, no habrá un nuevo préstamo de 130.000 millones de euros y tampoco permitirá que se proceda con la quita de la deuda pactada entre Grecia y los bancos privados. Sin préstamo y sin quita, Grecia se encaminaría hacia la bancarrota el próximo 20 de marzo, cuando debe desembolsar 14.400 millones de euros en vencimientos de deuda.

El coste inasumible de la caída
El presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durão Barroso, defendió ayer la importancia de mantener a Grecia dentro del euro porque el coste de la quiebra del Estado heleno o de su eventual salida del euro sería a su juicio «mucho más elevado» que mantener la ayuda financiera de sus socios, al mismo tiempo que ha instado a los partidos políticos griegos a comprometerse con los ajustes «necesarios» para pactar un segundo rescate. «Estamos en un momento muy decisivo para el futuro de Grecia y el futuro del euro. Queremos a Grecia en el euro», dijo Barroso.

CLAVES
Principio de acuerdo
1.- Despidos públicos
Al menos 15.000 funcionarios y personal eventual tendrán que irse a la calle al no poder afrontar el Estado el coste salarial.
2.- Privatización y recortes
Habrá recortes en los sueldos de los funcionarios, en Defensa, en salud y en seguridad social. Las empresas públicas serán privatizadas.