Mercado inmobiliario

La venta de viviendas se derrumba

Dice Elena Salgado que hasta que el sector del ladrillo no liquide su deuda, el crédito no fluirá. Pues parece que no lo hará en mucho tiempo. Durante el mes de enero, la compraventa de viviendas se desplomó un 11,9% por el fin de la desgravación fiscal a principios de año.

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Aunque la estadística del INE difundida ayer hace referencia al mes de marzo, lo cierto es que los datos tienen un retraso de unos dos meses debido a que son facilitados por los registradores y corresponden a operaciones cerradas en enero. La venta de viviendas es clave para que el sector salga del círculo vicioso en el que está sumido y que, como dice Salgado, bloquea el crédito. Si no se vende, no se liquida el «stock» de unas 700.000 viviendas nuevas libres sin inquilino que hay. Y si la sobreoferta no se drena, constructores y promotores no podrán reiniciar su actividad para liquidar sus deudas. Las expectativas de que esto suceda no son halagüeñas. La propia patronal de los promotores madrileños (Asprima) reconocía ayer que es «previsible» que este año no se alcancen las 220.000 ventas de vivienda nueva de 2010, aunque prefiere esperar a ver cómo evoluciona la situación en el segundo trimestre del ejercicio.

Julio Gil, de Horizone Consulting Inmobiliario, cree que no habrá que esperar tanto y que el año no va a ser bueno. «El anuncio de la eliminación de la deducción produjo un efecto llamada y muchos compradores adelantaron su operación a 2010, lo que se reflejará en los datos de este año», argumenta. «La situación de leve mejoría experimentada a finales de 2010 era sólo un espejismo, y este dato de cierre de operaciones se consolidará en los próximos meses», coincidió Fernando Encinar, jefe de estudios del portal idealista.com.

El «maquillaje» de la banca
Julio Gil introduce un elemento distorsionador que, en su opinión, puede contribuir a maquillar las cifras de ventas en los próximos meses: las viviendas que los promotores transfieren a la banca para liquidar parte de la deuda que tienen contraída. «Estas operaciones se incluyen en la estadística, pero no son verdaderas ventas porque lo único que se hace es cambiar el vendedor», explica Gil. Sin estas transacciones, la caída sería todavía mayor.