Relaciones laborales

En busca de la tijera por J R Pin Arboledas

La Razón
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Las medidas propuestas por el Gobierno contra el déficit tienen dos vertientes. Una, el aumento de ingresos. La otra, reducir el gasto de las administraciones públicas. En los presupuestos destaca por su dimensión su capítulo I: sueldos y salarios. El Teorema de Pareto dice: el 80% de los efectos se deben al 20% de las causas. Hay que atacar las partidas más gordas para obtener más y rápidos efectos. La manera más eficaz de reducir gastos públicos es atacando ese capítulo I. Dos formas de cortar ese capítulo presupuestario: a) reduciendo sueldos; b) reduciendo empleados públicos. La más rápida: reducir sueldos. Por ella ha tirado el Gobierno. Eliminar la paga extraordinaria de Navidad a los empleados públicos. Aparece en el BOE y se cumple.

Bajar el número de empleados públicos es complicado. Exige tiempo: eliminar la Oferta de Empleo Público (verbigracia, las oposiciones), negociar con sindicatos, cerrar departamentos y empresas públicas, hacer más eficiente el trabajo de los funcionarios y otros empleados públicos, etc. La propuesta da pasos tímidos en esa dirección. Tres ejemplos: a) bajar los moscosos (días de libre disposición por asuntos propios sin justificar) de 7 a 2; b) evitar el absentismo al equiparar la incapacidad temporal (las bajas por enfermedad) al sector privado; c) reducir el número de liberados sindicales a los establecidos por ley. Se supone que si los empleados públicos trabajan más, se necesitarán menos. En ello se basan las medidas.
Pero no es suficiente. Se requiere más tijera. ¿Dónde? En autonomías y ayuntamientos. Hoy se reúne el Consejo de Política Fiscal, y debe decir cómo la va a utilizar. Cómo reducirán sus empresas, organismos, empleados de libre designación. Cómo abaratar sus televisiones, o privatizarlas. Cómo se reorganizarán. Luego vendrá lo de evaluar a los funcionarios y mejorar su movilidad. Lo primero se aprobó hace mucho tiempo y en muchos departamentos ya se hace. Otra cosa es si se hace bien. La movilidad exige revisar el Estatuto Básico de la Función Pública o reinterpretarlo de manera distinta; labor trabajosa pero necesaria.

Aún queda un largo trecho por andar que no será ni rápido, ni espectacular, como el de quitar la paga extraordinaria de Navidad. Sin embargo, es el trabajo de fondo, estructural, el de verdad. Ahí quiero emplazar a nuestros gestores públicos para dentro de un año. ¿Lo conseguirán?

 

J. R. Pin Arboledas
Profesor del IESE