Barcelona
AC/DC: y llegó la tormenta
La primera parada en España del esperadísimo «Black Ice Tour», gira que supone el retorno de AC/DC a los escenarios tras cinco años de parón, se saldó con un éxito absoluto. Y es que el olor a victoria ya se hacía notar desde momentos antes de iniciarse el concierto, con un Palau Sant Jordi abarrotado esperando con ganas el inicio de una sesión de rock duro soñada, una descarga de riffs marmóreos que se recuerda en años. La primera sorpresa del «show» vino del escenario, que presentaba, justo en el medio, una locomotora descarrilada a tamaño real (en clara alusión al primer single del nuevo disco de AC/DC, una canción titulada «Rock N Roll Train» que sirvió para abrir la noche), flanqueada además por dos pantallas gigantes en las que se hacía fácil seguir las evoluciones del veterano quinteto australiano. Garra y contundenciaDespués de la sorpresa inicial de la locomotora llegó el primer momento álgido de la noche, cuando Angus Young (que lucía su habitual uniforme de colegial, disfraz que se quitó casi al completo tras un «strip-tease» en el que literalmente se quedó solo con unos calzoncillos que llevaban el logo de grupo) y los suyos encadenaron la primera ristra de clásicos con «Back In Black», «Dirty Deeds Done Dirt Cheap» y «Thunderstruck». Unas composiciones que dejan bien a la claras la grandeza de AC/DC: garra, contundencia y una entrega total a pesar de la avanzada edad de algunos de sus miembros. Los australianos no se andan con medias tintas, y saben que lo que más agradecen sus fans son las canciones más conocidas de su repertorio. Y la verdad es que cayeron casi todas ayer en Barcelona: «You Shook Me All Night Long», «TNT», «Shoot To Thrill», «Whole Lotta Rosie» (está última coronada con una muñeca hinchable gigante). Dejando a un lado la cantidad de clásicos que interpretó la banda australiana en la ciudad Condal, aun hubo más momentos para el recuerdo. Uno de ellos llegó cuando un pletórico Angus Young recorrió la pasarela, que partiendo del escenario se adentraba en la pista repleta de público. Desde allí, y en lo más alto gracias a ser elevado por una plataforma, tocó algunos acordes de «Let There Be Rock». Un momento al que siguió el solo de guitarra marca de la casa, ante el delirio de unos seguidores casi enloquecidos.Tampoco faltó la campana gigante que toca Brian Johnson (vocalista, que a sus sesenta y dos años de edad sigue cantando cada tema como si fuera el último) cuando llega el momento de interpretar «Hells Bells». O los cañones de «For Those About To Rock (We Salute You)», que desde hace años ponen fin a sus actuaciones. En resumen, el concierto de ayer noche de AC/DC en Barcelona fue, sin dudarlo, una verdadera celebración de la cultura del rock and roll de la mano de cinco músicos que siguen con la misma ilusión y ganas que el primer día. La caravana llega mañana a Madrid, donde también se vendieron las entradas en cuestión de horas.
Una segunda oportunidadSi los seguidores de AC/DC aguantaron estoicamente y con buen humor el chaparrón que cayó ayer en Barcelona, los de U2 tampoco quisieron dejar de lado a sus seguidores. Agotadas las localidades para el primer concierto de la banda irlandesa (90.000 en 54 minutos), que abrirá gira europea en Barcelona, ayer se ponían a la venta las entradas para el segundo y último, el día 2 de julio. En tres horas se despacharon más de 69.000. Algunos de los incondicionales llegaron a hacer más de treinta horas de cola.
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