AFGANISTÁN: wASHINGTON RECONOCE LA MUERTE DE CIVILES

Un alto mando del Ejército de Estados Unidos admitió que unos cincuenta civiles fallecieron en los bombardeos llevados a cabo el pasado martes en una zona del oeste de Afganistán frecuentada por insurgentes. Sin embargo, los vecinos del lugar afirman que el número de víctimas fue de 147. El oficial, que tiene conocimiento directo de la investigación que se ha realizado sobre este incidente, explicó a la CNN que los inspectores creen que entre los fallecidos había mujeres y niños, pero también insurgentes. El Pentágono ha dicho que los milicianos utilizaron a los civiles como escudos humanos. La fuerza aérea norteamericana lanzó 13 bombas, algunas de 500 kilos, contra ocho edificios levantados junto a campos de amapolas y trigo en la provincia de Farah. Al parecer, el objetivo del Ejército era destruir los campos de amapolas, materia prima para fabricar opio, del que Afganistán es el primer productor del mundo y cuyos ingresos son utilizados por los talibanes y otros insurgentes para financiarse.