Sao Paulo
Antonio Anglés el que nunca existió
Desde la captura de Miguel Ricart, el único condenado por el triple crimen de Alcácer, nadie ha vuelto a ver a Antonio Anglés Martíns. Pero todo el mundo da por hecho dos cosas imposibles de aseverar: una, que está vivo; otra, que fue el autor principal de los asesinatos.
Anglés es un camaleón psicopático. Capaz de confundirse con el paisaje. La mayor parte de su vida ha vivido de negocios turbios. Le culpan de haber participado en atracos como instigador y ser proveedor de sustancias ilegales. Ha entrado y salido de las cárceles y cuando se produjo el secuestro de Miriam, Toñi y Desirée, él estaba en una situación irregular después de no haber vuelto de un permiso penitenciario.Las niñas desaparecieron el 13 de noviembre de 1992, cuando se dirigían a una discoteca. Es posible que las recogiera un coche blanco en el que viajaba Ricart y tal vez Anglés. Sus cadáveres enterrados en el paraje de La Romana, cerca de la presa de Tous, fueron hallados el 27 de enero de 1993. Poco después se supone que salió huyendo Anglés, nacido el 25 de julio de 1966 en Sao Paulo y vecino de Catarroja, Valencia.Con posterioridad dicen que lo vieron en una peluquería céntrica donde se tintó el pelo y que estuvieron a punto de detenerlo no sé cuántas veces. Surge la leyenda del delincuente mundano capaz de cruzar España y burlar los controles de la Guardia Civil. Pues bien, ese delincuente sabio, equilibrista de circo, que tuvo que saltar desde su casa acorralada por los guardias, maestro del disfraz, que se hizo con varios vehículos camino de Lisboa, capaz de deslizarse sin llamar la atención y acabar colándose de polizón en un barco rumbo a Irlanda, ese Anglés mítico, el hombre más buscado de España, nunca existió. Es un invento periodístico.Es mentira que Anglés hable dos idiomas, español y portugués, aunque es verdad que se expresa en una jerga vulgar con mezcla de las dos lenguas. Es mentira que consiga vestir de una forma adecuada para pasar desapercibido, porque lo hace de forma tan llamativa y marcada que se nota a kilómetros que se trata de un pequeño fanfarrón relacionado con el trapicheo y el tráfico. Por otro lado, carece de experiencia para cruzar fronteras, porque no ha salido jamás de sus dominios de Catarroja, donde sí era un reincidente conocido por su determinación y crueldad.Entonces, ¿por qué lleva tanto tiempo en paradero desconocido? Porque probablemente sea cierto lo que dijo su compañero Ricart en el juicio: «Me temo que Anglés esté muerto». Seguramente le mataron para quitar de en medio un eslabón comprometedor en la cadena de los tres asesinatos. Quizá lo hicieran los mismos que acabaron con las niñas, aunque eso no indica que no participara en el secuestro, tortura y matanza de las pequeñas.
Maltratada por su hijoAntonio Anglés, alias «Asukiki», maltrataba a su propia madre, según denuncias de ésta. Antes del secuestro de las niñas de Alcácer, encadenó a una joven a la que golpeó y sometió a todo tipo de vejaciones y presiones por una supuesta cantidad de dinero que le adeudaba. El episodio tuvo lugar en el anterior domicilio de los Anglés, en la calle Colón. Aunque estaba en flagrante quebrantamiento de condena cuando murieron las niñas, nadie fue en su busca antes del rapto.
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