Barcelona
Antonio Skármeta: «La vida es dura y sé apreciar el valor de una sonrisa»
Los niños a veces hacen extrañas preguntas. ¿Cuánto de alto es arriba? ¿De qué es propaganda la luna? ¿Qué puede hacer una aspirina a la que le duele la cabeza? ¿Si a los camellos les gustan las galletas, a la joroba les gusta sucar? Lo bueno es que todas estas preguntas no tienen respuesta y, sin embargo, ellos dan por buena cualquiera. Es la bendita inocencia de los niños, no hacen preguntas para saber, hacen preguntas para jugar que saben.
Todas estas preguntas se las hicieron sus hijos al escritor chileno Antonio Skármeta y ahora vuelca esta perplejidad y esta fantasía en «Galletas Chinas» (RBA) un hermoso cuento ilustrado por Emilio Urberuaga. «Mi actitud al escribir para niños no cambia de cuando lo hago para adultos. No cambio mi lenguaje, los reto. Los niños, al no estar formados todavía, son personajes con infinitas posibilidades, son imprevisibles, y me encanta el juego que da escribir para ellos», comentó ayer el escritor.
El cuento es un homenaje a las pequeñas empresas, al amor al trabajo y la relación padre-hijo. Relata la historia de un niño mapuche cuyos padres regentan una panadería. Un día se cruza con unos chinos y decide incrustar en los panecillos un pequeño papelito con una frase escrita como hacen los chinos con sus galletas de la suerte. Todo esto sazonado con el humor y la poesía del escritor chileno. «La vida es dura y sé apreciar el valor de una sonrisa. El humor y la actitud cálida y de apertura hacia las cosas es algo connatural en mí», explicó.
Mientras prepara una nueva novela , Skármeta tiene pendiente el estreno de una obra de teatro en Nápoles. «Es la historia de un hombre obligado a ser actor cuando no tiene ningún talento. Será divertida», aseguró.
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