Grupos
«Arteterapia» por Paloma Pedrero
Dicen las estadísticas que el catorce por ciento de la población española sufre problemas psiquiátricos. Estos datos son sólo los contabilizados. Yo, personalmente, no conozco a nadie en su sano y absoluto equilibrio mental. Es difícil en esta sociedad nuestra no padecer locura. Si la sociedad funciona de una forma demente, ¿cómo podríamos aislarnos de su influencia? ¿Quién puede soportar con cordura tanto ruido, tanta prisa, tanto miedo, tanta amenaza, tanta información, tanto atasco, tanta incertidumbre? Pero, en fin, los hay que quizá por genética, actitud o fortuna tienen mayor resistencia y no caen demasiado en los pozos de la pena, la ansiedad o la angustia. Otros sí van a las consultas de psicólogos y psiquiatras a pedir ayuda. Otros se aíslan sintiéndose bichos raros; y aquí voy, a lo importantísimo que es el grupo, la tertulia, la charla con hondura, y sobre todo, el tener un espacio en el que podamos convertir el dolor en belleza. Yo, personalmente, llevo años impartiendo un taller de teatro para personas sin techo. Son éstos los más pobres y los más solos, pues hay que estar muy solo para que nadie te ofrezca un colchón para dormir. Mis alumnos, además, son personas naturalmente sensibles -un zote no suele caer tanto- y gozan de un estimable talento artístico. Mis alumnos, algunos llevan ya años, llegaron en condiciones bastante penosas y a través del teatro en todas sus artes están logrando el milagro. La mayoría ya no bebe, ni se droga, ni se hunde. Todos han llegado al estreno de Caídos del Cielo, en uno de los grandes teatros de Madrid, con dignidad y maestría. Y de éstos ya ninguno duerme en la calle. El arte es la mejor terapia para los seres sensibles. Porque no sólo te cura la herida sino que con ella haces algo hermoso. Un personaje, un poema, una escultura, una canción… Algo que dar a los demás. ¿Puede haber algo mejor?
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