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Belleza efímera

La Razón
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Sube la morosidad, bajan las pensiones y el único valor que continúa al alza es el de la belleza. Y vistos los últimos datos de la edición norteamericana de la revista «Vanity Fair», que colocan a Angelina Jolie como paradigma de perfección, todas queremos ser ella, que ha sido votada por un 58 por ciento de los internautas estadounidenses como la mujer más irresistible del universo. No nos vale ser Giselle Bundchen que, pese a sus méritos, sólo ha logrado un nueve por ciento; ni Halle Berry, a la que sólo ha reconocido como la más bella un discretísimo cuatro por ciento; ni tampoco Scarlett Johanson o Penélope Cruz, que se han tenido que conformar con un triste tres: para ser considerada como la más hermosa de la creación hay que tener las formas voluptuosas, la mirada azul y la boca estrepitosamente carnosa de la Jolie. Sin embargo, ya ven, entre tanta curva y juventud, se ha colado una magnífica Catherine Deneuve que, a sus 64 años, ha sido premiada con un dos por ciento de los votos que ya quisieran tantas beldades a las que las dobla e incluso triplica la edad. Al final habrá que llevar la contraria al poeta François Villon y dejar de pensar que la belleza es efímera, porque, visto lo visto, bien llevada puede competir hasta con la perfección hecha mujer, o lo que es lo mismo, con Angelina Jolie, que tiene muchos adeptos, pero no a ese dos por ciento que le ha arrebatado otra mujer que casi podría ser su madre y hasta, in extremis, su abuela.