Bien visto por Washington

Tras los intentos fallidos de Washington por hallar a un líder ruso en el que poder confiar el entramado de relaciones que deben abarcar el futuro de las dos grandes potencias, Putin parece el más adecuado. Sus antecesores, el buenazo de Gorbachov o el astuto pero incompetente Yeltsin no pasaron el filtro. La persona que buscaban los republicanos tenía más el perfil del hombre inteligente, ambicioso, duro y capaz de demostrar que puede conseguir en unas elecciones un 64% de los votos.

Para Bush, Vladimir Putin es un «hombre de negocios» sin más ideología que el poder y de un gran pragmatismo para colaborar con EE UU en aquellos asuntos donde está en juego la seguridad internacional.

Sabe que para Rusia no tiene sentido volver a los cuantiosos gastos militares o a una carrera armamentística. Para Moscú el armamento ya no es negocio, sin embargo el gas, el petróleo, el uranio y otras muchas más reservas naturales sí lo son, y los hombres de Putin van a sacarles provecho. Ni Irak, ni Palestina, ni Cuba, ni por supuesto África, serán motivo de enfrentamiento con los estadounidenses.