Blindaje para la Asamblea

Los altercados que el pasado jueves día 7 se produjeron tanto dentro como fuera del hemiciclo aún traen cola. Ayer hacía una semana de los gritos e insultos y la expulsión de la Cámara de un grupo de afectados por el ERE de Iveco, BP y Arcelor (invitados a la sesión) y del diputado socialista José Quintana, y de que la oposición al completo abandonara el hemiciclo junto a los trabajadores y todos juntos se unieran a una manifestación que se saltó el cordón policial y lanzó tuercas y piedras. Por todo esto, la Presidencia de la Cámara regional presentará una demanda judicial y suspenderá temporalmente la entrada de invitados en el hemiciclo. Ayer, siete días después de los altercados, Esperanza Aguirre propuso elaborar una ley para que la Asamblea tenga una «protección» como la del Congreso y el Senado. Según el reglamento de estas dos cámaras «cualquier persona que en el recinto parlamentario, en sesión o fuera de ella y fuese o no diputado, promoviere desorden grave con su conducta de obra o de palabra, será inmediatamente expulsado». Además, otorga poderes a la Presidencia para que «cuando lo estime conveniente», los Servicios de Seguridad de la Cámara levanten las oportunas diligencias por si los actos producidos pudieran ser constitutivos de delito o falta. Aguirre señaló que en el Congreso el público ni siquiera puede hablar, ni aplaudir, ni manifestarse. Además, advirtió que «prohibe las manifestaciones que puedan interferir o alterar la voluntad de los representantes del pueblo».