Guerra Fría
Bloqueado el acuerdo sobre el clima en el G-8
Es más fácil ponerse de acuerdo sobre la economía que sobre el medio ambiente. Los países emergentes bloquearon ayer el intento de las naciones ricas de conseguir un compromiso concreto para recortar de forma significativa las emisiones de gases contaminantes. El Foro de las Mayores Economías, formado por el G-8, el G-5 (México, Brasil, China, India y Suráfrica) además de Egipto, Corea del Sur, Indonesia y Australia sólo reco-noció que la temperatura global del planeta no debe subir más de dos grados centígrados. Para ver un acuerdo firme habrá que esperar a la conferencia sobre el clima de Copenhague, que tendrá lugar el próximo mes de diciembre. El documento aprobado ayer en la cumbre de L'Aquila es poco ambicioso: dice que los líderes mundiales «trabajarán juntos» para encontrar un «objetivo global» sobre la reducción de emisiones contaminantes antes de 2050.Algo más positivo para el clima será el Instituto Global para la captura y almacenamiento de gas carbónico que se construirá en Australia. Su creación fue anunciada por el anfitrión de la cumbre, Silvio Berlusconi, que señaló además que Italia será uno de los países fundadores de esta nueva institución. «Contribuirá a solucionar el problema medioambiental», afirmó el primer ministro italiano. Las críticas por los pocos acuerdos logrados para mejorar la situación de la naturaleza no sólo llegaron de las decenas de ONG presentes en L'Aquila. El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, dijo que las decisiones adoptadas eran «insuficientes». «El problema del clima es una responsabilidad, imperativa e histórica para el futuro de la humanidad y de nuestro planeta», denunció.Pasos importantesEl presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no compartió el análisis del secretario general de la ONU. En su opinión se habían dado «pasos importantes» en la lucha contra el cambio climático gracias al «histórico consenso» logrado. El inquilino de la Casa Blanca añadió que hace falta hacer un esfuerzo pensando en las generaciones futuras. «Hay que decidir si dar forma a nuestro futuro o dejar que los eventos decidan por nosotros». Obama se mostró convencido de que antes de la conferencia de Copenhague las naciones emergentes como China superaran sus actuales reticencias sobre las limitaciones de las emisiones. Más sencillo les resultó a los países del G-8 que las otras naciones presentes en L'Aquila aprobaran su declaración del miércoles sobre la economía. Se acordó que hacen falta políticas compartidas para salir de la actual crisis y que los estímulos estatales deben continuar. Aunque reconoce que las dificultades continúan, el documento aprobado prevé incluso una estrategia para el momento en que la recuperación «esté asegurada». El llamamiento a luchar contra los paraísos fiscales fue muy aplaudido por el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, quien dijo que se ha hecho más contra este problema «en los últimos tres meses que en los últimos 12 ó 13 años». Respecto a la cuestión iraní, que protagonizó la primera cena del pasado miércoles de los países más industrializados, el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Franco Frattini, pidió al régimen de Teherán que «comprenda la importancia de la mano tendida por el Gobierno de Estados Unidos y de la comunidad internacional sobre el asunto nuclear». Silvio Berlusconi, además, aseguró que la cumbre «había descartado la hipótesis de establecer sanciones a Irán».
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