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Células las madres de las medicinas

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MaDRID- Las células madre han dejado de ser el centro del debate ético y un material exclusivo de laboratorio para convertirse en la esencia real de algunos medicamentos que están a punto de comercializarse y que mejorarán enfermedades hasta ahora incurables. En esta carrera para curar con células, España ocupa una de las posiciones de cabeza en todo el mundo. Las células madre se descubrieron hace ahora una década y su potencial curativo se vislumbró desde el primer día. La premisa era sencilla: el valor de esta población celular radica en su capacidad innata de convertirse en cualquier tipo de célula. Así, en un corazón falto de células propias tras un infarto, las madre -también llamadas pluripotentes- pueden transformarse en miocardiocitos y regenerar el órgano. Y lo mismo en párkinson o en diabetes. Las pluripotentes pueden suplantar el vacío de la población perdida y restablecer el pleno funcionamiento del cerebro o el páncreas, en función del caso. Algo más de diez años después de que en 1998 aislaran las primeras células madre embrionarias en la Universidad de Wisconsin (EE UU), los datos demuestran que la batalla por curar se la han ganado sus primas las células madre adultas (descubiertas a principios de este siglo). Hoy en día, el 99,9 por ciento de los ensayos en humanos con este material se hace con adultas. De momento, sólo una investigación con embrionarias se probará en pacientes, la que Barack Obama anunció tras tomar posesión de su cargo y que intentará restablecer la movilidad en diez lesionados medulares. Con las células madre adultas hay muchos más estudios en fase de clínica. En España, «hay más de diez ensayos utilizando células madre en patologías cardiovasculares, para mejorar la cicatrización de fístulas y heridas o para tratar lesiones del pie diabético, entre otras», explica Augusto Silva, director general de Terapias Avanzadas del Ministerio de Sanidad. La investigación más desarrollada la dirige el cirujano Damián García-Olmo, del Hospital La Paz de Madrid, y dará como fruto el primer medicamento español basado en células madre. El tratamiento, que desarrolla la empresa farmacéutica Celerix, estará indicado para tratar fístulas. «Se llamará Ontaril, está derivado de células madre de la grasa y llegará a principios de 2010. Será también el primero en la Unión Europea», explica el cirujano. El equipo de García-Olmo empezó muy pronto en esta andadura que esperan que también pueda aplicarse para cerrar cicatrices. Paralelamente al desarrollo de Ontaril, la empresa estadounidense Osiris Therapeutics ultima la investigación de «Prochymal», un medicamento también para fístulas pero derivado a partir de células madre de la médula ósea. size="2" size="2"

Estas iPS tienen ventajas con respecto a las embrionarias «como el que al ser del propio paciente no producen rechazo», pero también desventajas, «al ser un tratamiento a medida, de cara al desarrollo empresarial es más complejo», explica Natividad Cuente, directora ejecutiva de la Iniciativa de Terapias Avanzadas de la Consejería de Salud de Andalucía.Con apenas un año y medio de edad (fueron descubiertas en noviembre de 2007 por el japonés Shinka Yamanaka) las iPS tienen por delante la carrera más prometedora en terapia celular. En España, destaca el grupo que Juan Carlos Izpisúa dirige en el centro de Medicina Regenerativa de Barcelona. En Andalucía también se trabaja en este terreno y «varios grupos están en fases avanzadas de desarrollo preclínico», confirma Cuende, que explica que el trabajo se hace en colaboración con la Universidad de Michigan. El potencial de las iPS es tal que hasta el adalid de la clonación terapéutica, Ian Wilmut, padre de la oveja Dolly, dijo que el futuro estaba en ellas.

 

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