Chávez gana otro peón en América

Mauricio Funes no va a esperar a jurar su cargo, el próximo 1 de junio, para «tomar las decisiones que sean necesarias para enfrentar el problema de la crisis en el país», como señaló ante sus fieles. Desde ayer, su equipo de asesores trabaja a toda máquina sobre sus proyectos de Gobierno, tras confirmarse la victoria del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, por primera vez en la historia de El Salvador. Además, en un gesto poco visto durante estos últimos años, Funes ofreció colaboración al presidente saliente, Elías Antonio Saca, para el periodo de transición.El derrotado Rodrigo Ávila, de la Alianza Republicana Nacionalista, no tardó en responder con la misma serenidad democrática que su adversario. «Seremos», dijo, «una oposición constructiva y vigilante de que en el país no se cierre el sistema de libertades». Ambos partidos hacen gala de moderación y se muestran dispuestos a tender puentes de entendimiento. Funes fue claro: «Hemos firmado un nuevo acuerdo de paz y de reconciliación del país consigo mismo. Invito desde este momento a las diferentes fuerzas sociales y políticas a que construyamos juntos esa unidad nacional», una oferta que responde a lo ajustado del resultado, pero no significa que vaya a incorporar a miembros de ARENA al Ejecutivo, aunque habrá muchos que no pertenezcan al Frente.A Funes, no obstante, le quedan incertidumbres por despejar: los nombres de los integrantes de su Gobierno, su capacidad para conducir los destinos del país o la tan cacareada dependencia con Hugo Chávez, la cual Funes desmintió, pero aún se debe confirmar con los hechos.Un buen síntoma es que el mismo domingo, Robert Blau, el encargado de negocios de la Embajada de EE UU, se reunió con el presidente electo en el mismo hotel donde el FMLN montó su cuartel electoral. En ese encuentro hablaron de la lucha contra el narcotráfico y la seguridad, y coincidieron en continuar con «las mismas prioridades» que con el actual Gobierno.Mientras, la victoria de Funes sacó a la calle a miles de sus partidarios. Una verdadera marea roja de camisetas y banderas con el anagrama del FMLN inundó la céntrica avenida del General Escalón. Apenas una hora después de darse a conocer los primeros resultados, allí no cabía un alfiler. Y la fiesta iba a durar hasta altas horas de la madrugada.