Belleza
Cirugía para acabar con «el flotador»
La abdominoplastia elimina una media de cinco kilos de piel sobrante del área abdominal
Dicen que sonría para la foto, pero lo que hace, automáticamente, es «meter tripa». Porque ni la dieta ni el deporte tienen mejor efecto que coger aire y aguantar cuando asoma la grasa.
Para Rosa Pérez Cano, jefa del Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid, «se trata de un problema genético en la mayoría de casos. Esa grasa se acumula generalmente en las cartucheras o cara superior del muslo, y en el abdomen».
No obstante, hay ciertos casos en los que ni las dietas ni el ejercicio parecen surtir efecto, como aquellas «mujeres obesas a las que realizaron una reducción de estómago y queda un faldón de piel», especifica Pérez Cano, o bien las que han dado a luz en varias ocasiones y han perdido la musculatura de la zona abdominal. Para ellas, otra opción a barajar es la dermolipectomía abdominal, más conocida como abdominoplastia.
Según explica Ezequiel Rodríguez, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Estética y Reparadora (Secpre), «la operación consiste en la resección o eliminación del exceso de piel y de la grasa abdominal al mismo tiempo que se corrige la flacidez de la pared muscular». Y cada vez son más las féminas que se decantan por esta intervención.
Post parto
Sin embargo, «hay que distinguir entre el abdomen de las mujeres que han tenido hijos y las que no los han tenido, ya que, en líneas generales, en este último caso el acúmulo graso se encuentra en la zona baja del vientre y no tiene por qué hacer falta resecar piel, bastaría con realizar una liposucción», añade el presidente de la Secpre. En el caso de haber sido madre, hay que tener en cuenta el número de hijos y el peso de los mismos a la hora de determinar la distensión abdominal y exceso de piel.
Tras una anestesia general, la paciente pasará una media de dos a cuatro horas en quirófano. El primer paso es realizar una incisión de una cadera a la otra, justo encima del pubis. Se hace una segunda incisión alrededor del ombligo, para poder separarlo de los tejidos de alrededor y, a continuación, se separa la piel de la pared abdominal hacia arriba hasta alcanzar las costillas, exponiendo los músculos abdominales. «Éstos se tensan formando una pared firme y una cintura más estrecha», explica Rodríguez. La piel separada se estira en dirección al pubis y la piel sobrante se elimina, mientras el ombligo se coloca en su nueva posición.
Finalmente, se sutura y se coloca un vendaje que «la paciente llevará entre 12 y 14 días, después de haber permanecido uno o dos días hospitalizada», señala el presidente de la Secpre.
Aunque pueda parecer una cifra escandalosa, lo cierto es que en una intervención normal se puede quitar «hasta cuatro o cinco kilos de piel abdominal. Y si la fémina ya ha dado a luz en alguna ocasión, el número asciende hasta los ocho o diez kilos», apunta Rodríguez.
La otra alternativa, la liposucción, tiene por objetivo reducir el número de células grasas, denominadas lipocitos. La técnica consiste en aspirar la grasa gracias a la introducción de una cánula que se conecta a una máquina de vacío o a una jeringa especial, según el caso. Una vez finalizada la intervención, se coloca un vendaje que sujete bien la zona. Y, claro, no es milagroso al instante, por lo que no se deben evaluar los resultados antes de que hayan transcurrido un mínimo de tres meses.
En cuanto a la edad a la que es posible ser operada, Rosa Pérez Cano especifica que «no hay edad, pero no recomiendo operar a chicas jóvenes. Suelo recomendarles dieta y ejercicio antes de entrar en quirófano».
Ambas opciones tampoco están recomendadas en aquellas féminas que sufran «problemas cardiacos o respiratorios, trastornos de coagulación o si han tenido alguna cirugía reciente en la zona. Además, las fumadoras tienen que tener también especial cuidado, porque el tabaco es otra fuente importante de riesgo.
Y ahora que se acerca el verano, los especialistas aconsejan que, tras la intervención no se tome el sol, ya que «irrita la piel. Además, si hay moratón tras la intervención, éste se pondrá moreno y no se notará, pero después, cuando el color se vaya, el moratón seguirá pigmentado y no se quitará», concluye Rodríguez.
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