Clinton reitera a Rusia la invitación para entrar en el escudo antimisiles

BRUSELAS- La jefa de la diplomacia norteamericana defendió así en Bruselas el escudo antimisiles de Estados Unidos, que conlleva instalaciones en Polonia y República Checa muy cuestionadas por Rusia, la cual se ve amenazada. Además, Clinton aseguró que la propia Rusia podrá participar en ese escudo, no sólo en materia de «investigación y desarrollo», sino también a la hora de su «puesta en marcha». Clinton contestó así de manera indirecta al presidente ruso, Dimitri Medvedev, que recientemente había solicitado a EE UU «propuestas concretas» para una colaboración entre Washington y Moscú en el sistema de defensa antimisiles. A ese respecto, Medvedev también había pedido una actitud «más creativa» que la mantenida en el pasado, cuando Washington (bajo la Presidencia de George W. Bush) propuso una participación limitada a Rusia en el escudo a través de un radar ruso situado en Azerbaiyán. Hace unas semanas, el nuevo presidente de EE UU, Barack Obama, había enviado una carta a Medvedev, en la que le proponía incluso una suspensión del sistema antimisiles estadounidense si Rusia cooperaba contra el desarrollo de armas nucleares por parte de Irán, que Hillary Clinton ayer en Bruselas mencionó entre los «desafíos persistentes» a los que se enfrentan EE UU y la UE. Precisamente, la solidaridad diplomática entre Rusia e Irán había hecho fracasar en 2007 el primer intento de Washington de involucrar a Moscú en el polémico escudo antimisiles. Las declaraciones hechas ayer por Clinton confirman que la nueva postura de la Casa Blanca hacia Rusia consiste en una oferta de colaboración contra las armas de destrucción masiva y el terrorismo internacional. Esta cooperación está supeditada al rechazo del armamento atómico iraní por parte de Moscú, que proporciona tecnología nuclear a Teherán. Aun así, Clinton advirtió ayer de que sigue manteniendo una postura crítica hacia Rusia por su actuación en el conflicto contra Georgia del pasado verano, así como por su «uso del gas como instrumento de intimidación».