Valencia
Corinna el motor de Schumacher
La mujer del campeón de Fórmula 1, que le conoce desde su adolescencia, acordó con él su regreso a las pistas
L a vuelta de Michael Schumacher a la competición ha emocionado a muchos de sus rivales y alegrado a millones de aficionados. Muchos sueñan ya con verle en acción el próximo mes de agosto en el Gran Premio de Europa, que se celebra en el circuito urbano de Valencia. Sin embargo, la euforia desatada en los últimos días se torna en preocupación si hablamos de su mujer, Corinna. La discreta y reservada esposa del heptacampeón del mundo señaló a varios medios de comunicación alemanes que la decisión de volver a los circuitos no fue fácil y que la tomaron entre los dos. Sufridora permanenteSchumacher se retiró en 2006 pero, desde entonces, Corinna no ha descansado ni ganado para sustos. Michael quiso repetir sus éxitos en las competiciones de motos aunque varias caídas finalmente le hicieron abandonar la idea. La más grave se produjo en el circuito de Cartagena y mantuvo al alemán varios días en el hospital. La otra gran preocupación es su hijo Mick, de nueve años, que quiere seguir los pasos de su padre y corre en karts. Para que nadie pueda presionarle por ser «hijo de», Schumacher le inscribe en las carreras con un nombre falso. Corinna y Michael se conocen desde la adolescencia, pero se reencontraron en 1991, cuando ella aún mantenía una relación con un compañero de Schumacher en categorías inferiores a la Fórmula 1. En octubre de 1995 se casaron en un juzgado de la localidad natal de «Schumi», y cuatro días después lo hicieron por la Iglesia. Tienen dos hijos, Gina María, de 11 años, y el pequeño Mick, de 9. La presión mediática les obligó a trasladar su residencia a Suiza, donde poseen un enorme rancho valorado en 40 millones de euros. Corinna se dejó ver muy poco junto a su marido en los circuitos, aunque siempre ha ejercido de consorte cuando los actos públicos lo han requerido. En Alemania es considerada una familia perfecta y hasta la fecha no han sido objeto de escándalos. La única mancha respecto a esta brillante imagen la puso su cuñada, Cora, casada con Ralf Schumacher, hermano del campeón y hasta hace poco también piloto de Fórmula 1. La rivalidad entre ellas es patente, aunque ha sido Cora, que bien podría haber salido del concurso de televisión «Mujeres, hombres y viceversa», la que más ha utilizado la situación para su propio interés mediático frente al estilo más refinado y elegante de Corinna, que nunca entró en ese juego y es calificada en Alemania como la «clásica mujer de provincia, rubia, ingenua y adinerada». Corinna es una acérrima defensora de los animales. Cuentan que en uno de sus viajes a Mallorca visitó varias residencias caninas para llevarse algún animal a su rancho de Suiza. Hace unos años, con motivo del Gran Premio de Turquía de Fórmula 1 en Estambul, escribió una carta de protesta al alcalde de la ciudad por el abandono al que eran sometidos los animales en las calles de la capital. A sus 39 años, uno menos que su marido, va a tener que sufrir de nuevo con la presencia de Schumacher en la pista. A lo largo de 15 años han vivido buenos y malos momentos. El peor fue el duro accidente que sufrió el piloto en el circuito británico de Silverstone en 1999. Se rompió una pierna, aunque el susto fue mayúsculo. El segundo, la muerte de su suegra, Elisabeth, que falleció un sábado de 2003 en un hospital de Alemania mientras el piloto disputaba los entrenamientos del Gran Premio de San Marino. Al terminar, ambos tomaron un avión para estar con la familia y al día siguiente regresaron al circuito. Schumacher ganó la carrera y siempre agradeció el apoyo de su mujer en un momento tan difícil.
La sobrina modeloPara encontrar algo que no suene a rutina en la familia Schumacher hay que salir de Suiza y tomar un vuelo a Venezuela. Allí vive Corinne Schumacher, sobrina lejana del piloto, que el año pasado fue candidata al cetro de Miss Venezuela. La joven, de 24 años, no logró su meta aunque se ha forjardo una carrera como modelo.
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