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«Crisis y carmín» por Paloma Pedrero

«Crisis y carmín», por Paloma Pedrero
«Crisis y carmín», por Paloma Pedrerolarazon

Dicen los maquilladores que en tiempo de crisis las mujeres se pintan más los labios y en tonos más fuertes. Parece que incluso hay estudios que lo avalan. Curioso, ¿no? Será eso de al mal tiempo buena cara. O quizá sea que el carmín en los labios es una muestra de que hay que luchar, resistir los embates de la vida, dar calidez a los tiempos de cólera. Yo, personalmente, siempre me pinto los labios antes de salir de casa, muchas veces sólo los labios. Y siempre le digo a mis amigos: el día que no lo haga mal asunto. Para mí ponerme ese color anaranjado es como coger el arco y las flechas. Decirme a misma: vamos, mujer, ya estás preparada para la lucha cotidiana con el mundo. Plantarse el carmín es no tirar la toalla. Recuerdo que cuando trabajaba en el hospital Gregorio Marañón y veía a alguna paciente pintándose los labios sabía que pronto la darían el alta. Era un signo inequívoco de recuperación. Incluso de ésa que se pierde totalmente cuando se está enfermo, la sensualidad. Pero he visto otras formas más sorprendentes y hermosas: he visto a alguna mujer pedir que la pintasen los labios estando a punto de morir. Siguiendo el hilo de la noticia he leído también que más de la mitad de los pintalabios de las grandes marcas contienen plomo, un elemento cancerígeno. Contesta la asociación de cosmética deEE UU que el plomo es algo que se genera naturalmente en esos productos, que no se añade de forma artificial. Si es cierto que casi la mitad de las marcas no lo lleva, ese argumento se vuelve inverosímil. En fin, que no tenemos ni idea de lo que nos metemos al cuerpo ni de lo que nos ponemos en el mismo. Pues eso, que si hay que morir que sea con el carmín puesto.