Cuando el lobo cuida del rebaño

Sevilla- 1962. José Luis López Vázquez, Manuel Aleixandre, Alfredo Landa y Gracita Morales se ponen de acuerdo para asaltar la sucursal bancaria en la que trabajan. El resultado: «Atraco a las 3», una desternillante parodia de las relaciones laborales durante el franquismo. Ahora, en tiempos nuevamente difíciles, el viejo sueño del «Dioni» –toma el dinero y corre– vuelve a cobrar vida, a despecho de la seguridad y para indefensión del empresariado.El último episodio, ha sucedido en la provincia de Sevilla, según un guión establecido. Cinco vigilantes de seguridad fueron detenidos ayer por la Policía Nacional acusados de desvalijar las empresas en las que ejercían su labor profesional. Tras cuatro asaltos, les delató el «modus operandi», que incluía hasta una curiosa «performance»: los asaltantes maniataban y esposaban con sus propios grilletes al vigilante de turno, «conchabado» con los desvalijadores. Los atracos seguían una lógica rotatoria, «limpiando» cada uno de los establecimientos en los que trabajaban los detenidos. Comenzaron su carrera delictiva en diciembre de 2008, entrando con armas de fuego en un supermercado de Dos Hermanas. Irrumpieron en ciclomotores y con pasamontañas. Nadie tuvo que explicarles dónde se escondía la caja fuerte. El bote rozó los 5.000 euros. Repitieron en enero de este año, en el parking de un centro comercial de Sevilla. Otros 12.000 euros. El asalto a una subestación eléctrica de la provincia les reportó 450 metros de cable de cobre y 100 litros de gasoil. En otro centro comercial de la capital, se limitaron a sustraer un ciclomotor ante la complicidad del vigilante. El éxito parecía garantizado y la comedia de los «auto-robos» se sucedía con óptimo resultado. Sin embargo, los agentes ya habían trazado el cuadro de coincidencias y la trama picaresca mostró su cartón. La banda cayó ayer como un castillo de naipes. Fueron detenidos Luis C. C., de 38 años y con una detención anterior; José María G. V., de 41 años y sin antecedentes; Manuel M. J., de 36 años y once detenciones anteriores por delitos violentos; Manuel G. N., de 47 años y sin antecedentes, e Israel E. R. C., de 35 años y sin antecedentes.

Un arsenal propio de especialistasLa Policía Nacional se incautó de un amplio arsenal de armas de fuego en los dos registros domiciliarios efectuados. Los asaltantes contaban con un revólver, una pistola, una carabina de aire comprimido, 400 cartuchos de diferentes calibres, así como utensilios para realizar los robos, como pasamontañas, tenazas y numerosos cascos de motorista.