Almería

Cultivar el cuerpo

Cultivar el cuerpo
Cultivar el cuerpolarazon

Pensar, soñar, cultivar cuerpo y espíritu en hedonismo activo en el epicentro de un oasis inserto entre los Parques Naturales de Sierra Nevada, Cabo de Gata, Golfo de Almería y Desierto de Tabernas. El lugar, hotel Balneario Sierra Alhamilla, en Pechina, Almería. Aguas hipertermales de muy distinta mineralización, muy útiles para combatir dolores reumáticos, asma, neuralgias, problemas del aparato digestivo, estrés y mucho más. Y baños termales de origen romano, con su caldarium y su frigidarium, sala de albercas, chorros, burbujas, fangos, recuperaciones terapéuticas, postraumáticas y postoperatorias. Saliendo del recinto, un par de bares familiares donde se tapea a lo grande y en almeriense, con platos de migas, trigo almeriense o sardinas asadas. Recomendación importante, y en la misma línea que seguía el detective Carvalho con «Casa Leopoldo», conviene decir que uno va de parte de «Pepe el de la paja», que es primo carnal y querido de quien esto firma. A tiro de piedra, Pechina, capital histórica del valle del Bajo Andarax y antigua Al Mariyya Bayyana, «Pechina de los Marineros», puerto defensivo y comercial de primera importancia bajo el dominio musulmán.A otros dos o tres tiros pétreos, Alhama, patria chica de Nicolás Salmerón, el único presidente de un país que la historia conoce que dejó su cargo por negarse a firmar una sentencia de muerte; y Tabernas, con sus «Far West» peliculeros. Y cerca, como dirían las aguerridas gentes de Jenofonte, «¡Thalassa, thalassa!, ¡El mar! ¡El mar! Y se pasaban la consigna de boca en boca».