ISAF
Defensa aún no ha informado a las tropas de relevo de que no irán a Kosovo
La cascada de críticas internacionales a la decisión de España de replegarse de Kosovo, anunciada por la ministra Chacón el pasado 19 de marzo en Istok, desató automáticamente una vorágine diplomática a escala mundial por parte del Gobierno para tratar de cerrar las heridas provocadas por el anuncio unilateral.Ni en los días anteriores ni en ese esfuerzo diplomático se informó, tal y como adelantó LA RAZÓN, a los mandos militares sobre el terreno ni a los generales subordinados directamente al jefe de Estado Mayor de la Defensa. A todo esto se suma el hecho de que a día de hoy, quince después de que la ministra hiciera el anuncio en Kosovo, nadie ha dado la orden a las unidades que intervendrán en futuros relevos de que no van a desplegarse en la región serbia y que, por tanto, deben dejar de prepararse para el despliegue. Esas unidades siguen adiestrándose bajo la orden de una futura misión que, más allá del contigente de apoyo al repliegue, no va a producirse. Éste último grupo ha mantenido durante los últimos meses un entrenamiento enfocado a la misión que debían afrontar, la misma que se desarrolla en la actualidad, y sólo en su fase final de adiestramiento las instrucciones han cambiado hacia la recogida del material y la preparación escalonada del repliegue, lo que en algunos puestos obligará a una duplicidad de efectivos.Pero más allá del grupo que se encargará de recoger el material en la base de Istok, el siguiente contingente debía haber recibido una orden que anule la que actualmente tiene en vigor, según confirmaron fuentes militares a LA RAZÓN, orden que aún no ha llegado. Así, el contingente sigue realizando las tareas propias de la preparación enfocadas a las circunstancias propias de la región en la que deberían desplegarse. Además de la preparación en materia logística o táctica, y de la instrucción militar pertinente, los efectivos asignados a la KFOR (misión de la OTAN en Kosovo) siguen haciendo ejercicios preparatorios. Además, el hecho de que su despliegue haya sido anulado de facto, que no por escrito, dejará a aquellos que se habían apuntado a la misión sin el sobresueldo propio de estar desplegados en el extranjero y que en ocasiones triplica el sueldo que perciben estando en sus destinos. Del mismo modo, no podrán entrar en los relevos planificados para otras misiones porque éstos ya están planteados. Cuando una misión se pone en marcha, tres y hasta cuatro contingentes están en diferentes fases de «alerta». El primero es que el sirve en el teatro de operaciones, el segundo, que entra en fase preparatoria casi al tiempo que el otro se despliega, supone el primer relevo. Un tercero comienza la preparación preliminar y, dependiendo de la fase en la que se encuentre el primer relevo, un cuarto puede entrar en la rotación en sus primeros pasos de adiestramiento.
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