Doctor Moore charlatán de feria

Dirección y guión: Michael Moore. Fotografía: Andrew Black. Música: Erin O'Hara. EE UU, 2007. Duración: 123 minutos. Documental. En un artículo sobre Michael Moore publicado en la revista «Sight and Sound», Jon Ronson decía que, en sus mejores momentos, el director de «Bowling for Columbine» era brillante creando una visión política del mundo en formato panorámico, viajando con habilidad de la micro a la macrohistoria. Todos sus documentales empiezan desde lo particular para terminar en lo general y luego volver a lo particular, como si quisiera probar la elasticidad de su análisis satírico y mordiente, tan apropiado para abordar lo público como lo privado. El problema está en que Moore no ha sabido admitir que el ascenso de su ego va en detrimento de su objeto de estudio, que es, en el caso de «Sicko», el sistema sanitario estadounidense. Incluso creyéndonos la abominación de las mutuas aseguradoras, el juego sucio de las grandes corporaciones que dejan morir a sus clientes, que niegan sus enfermedades terminales, que los arruinan sin esforzarse demasiado en ocultar la estafa, incluso así nos es imposible creer a Moore. No se trata, pues, de decir la verdad, sino de trabajar desde una mirada ética, que no tome por imbécil al espectador, que no nos venda gato por liebre, que no hable de denuncia cuando es puro espectáculo. Espectáculo, eso sí, de charlatán, de barraca de feria: quizá por eso «Sicko» se parece tanto a un programa de teletienda. Cuando el discurso de Moore se acerca a la autoparodia sangrante –en su elogio de la seguridad social francesa, gratuita y sin tiempo de espera; en su sorpresa al comprobar lo bien que vive un médico británico con el sueldo que le paga el Estado; en lo bien que tratan los doctores cubanos a los damnificados americanos– «Sicko» divierte. Porque, no nos engañemos, éste es el «Scary Movie» del formato documental.