España

El 59% de los españoles cree que los radares son para recaudar

Cientos de radares jalonan las carreteras de toda España. En teoría, para controlar la velocidad y evitar accidentes. Pero el argumento sólo convence al 38,3% de los españoles. La mayoría piensa que sólo sirven para llenar las arcas públicas.

El 59% de los españoles cree que los radares son para recaudar
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Miles de españoles se echan hoy a la carretera bajo la mirada atenta y sigilosa de un ojo dispuesto a centellear al menor despiste con el acelerador de nuestros vehículos. Y cuidado, porque no sólo suponen multas de 100 a 600 euros, sino la pérdida de dos a seis puntos y suspensión del carné de conducir en los casos muy graves, por ejemplo, si superamos los 190 km/h en autovía.Pero lo que en la Ley de Tráfico se concibe como un articulado de medidas para reducir la siniestralidad y evitar las muertes en carretera se convierte, de paso, en un pozo recaudatorio sin fondo. Los últimos datos indican que el aumento del número de denuncias por infracciones (más de 3,5 millones al año) permite al Gobierno ingresar una cantidad superior a los 500 millones de euros en este concepto. A estos datos se añade el hecho de que los radares no siempre se encuentran en los puntos más conflictivos de las carreteras ya que, más bien al contrario, en ocasiones se colocan en rectas en las que el conductor se aventura a correr más. Así las cosas, más de la mitad de los ciudadanos encuestados, concretamente el 59,5 por ciento, considera que los radares son una medida recaudatoria, una opinión aplastante entre los 18 y 29 años, donde el porcentaje asciende al 71 por ciento. Cuestión de edadSin embargo, esta percepción es inversamente proporcional a la edad, de manera que cuanto mayores son los encuestados, menos representivo resulta el grupo de los que entienden los radares como algo meramente económico. Y es que a partir de los 65 años es mayoritario el no (50% frente a un 38,3 de media) y sólo un 45,6 dice sí a la pregunta.El cobro de las multas parece un objetivo esencial del Gobierno y más en estos tiempos de crisis. De hecho, en la nueva Ley de Tráfico, aprobada en el Congreso en el mes de junio, se han previsto una serie de modificaciones para conseguir que ningún infractor eluda sus obligaciones con la DGT. Así, habrá beneficios para aquellos que paguen sus sanciones en 15 días, con descuentos de hasta el 50 por ciento, y se hará posible el pago con tarjeta de crédito. Pero también serán castigados aquellos que evitan el pago, ya que no podrán realizar ningún papeleo en la DGT si tienen dos multas sin pagar. La ley, por cierto, aumentará también la penalización por incorporar inhibidores de radar a los vehículos, antes castigado con dos puntos y, en el futuro, con seis.

Y cuanto más aceleroEl único éxito conocido hasta la fecha del gran Javi Cantero decía eso de «Y cuanto más acelero más calentito me pongo». Prosa castigada y vibrante la de este poeta urbano que parecía no temer a los radares. Al fin y al cabo, cualquier foto vale cuando estás de promoción. No es el caso de los millones de españoles que se enfrentan al fogonazo cada vez que salen de su casa por un quítame allá esos kilómetros por hora. Estamos de acuerdo en que cualquier loco al volante que rebase los límites a lo bonzo merece multa y que le quiten todos los puntos de un plumazo. Pero también en que el afán recaudatorio en el que andamos inmersos –sí, señores políticos, no miren para otro lado– ha convertido la conducción en algo temerario... para el bolsillo. Ni siquiera los detectores que casi todo el mundo esconde bajo la guantera son capaces de avisar ya ante el tropel de «paparazzi» apostados entre la maleza. Esto no hay quien lo pare ni frenando, ya ven. Y, cuanto más nos multan, más calentitos nos ponemos.