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El antiséptico más adecuado para cada tipo de infección
Hay que tener en cuenta la clase de microorganismo que se quiere combatir, la temperatura y el tiempo de contacto con la bacteria
Una de las consultas frecuentes en la farmacia es acerca de antisépticos. Existen una serie de términos que emplearemos que quizá convendría definir para aclarar la acción que posee. El antiséptico es una sustancia que inhibe el crecimiento o destruye los microorganismos que hay en los tejidos vivos. Por otro lado, el desinfectante mata las formas vegetativas de los microorganismos patógenos, pero no las formas de resistencia.
A la hora de ver si debemos emplear estos productos, hay que tener en cuenta factores como la clase de microorganismo que queremos combatir, sobre qué tipo de material se encuentra, la temperatura y el tiempo de contacto entre el agente empleado y la población bacteriana.
Según el caso
- Alcoholes. Han sido empleados como conservantes desde la antigüedad. Los más conocidos son el metanol (no se usa por ser muy tóxico), el etanol y el alcohol Isopropílico. Estos dos últimos a una concentración de 70º, son capaces de eliminar hasta un 90 por ciento de las bacterias presentes en la piel si se dejan actuar sobre ella durante dos minutos. No deben usarse sobre heridas abiertas ni piel irritada. No son aptos para desinfección de superficies porque no eliminan las formas de resistencia.
- Compuestos fenólicos. El más importante es el fenol, de efecto bactericida y funguicida si se emplea a concentraciones superiores al dos por ciento, pero no actúa frente a esporas. Su uso está restringido al ámbito hospitalario.
- Aldehídos. Los más conocidos son el formaldehído y el glutaraldehído. El primero de ellos es de amplio espectro, pero de acción lenta a bajas concentraciones, mientras que en dosis superior resulta irritante, por lo que su uso ha quedado limitado a la desinfección de ropas o paredes.
- Oxidantes. Destaca en este grupo el agua oxigenada. Se emplea a una concentración de 20-30 volúmenes y es el tratamiento ideal para el caso de heridas muy sucias o que sean susceptibles de tetanizarse, así como para desbridar los tejidos.
Otra sustancia de este grupo es el yodo, muy potente frente a todos los microorganismos, incluidas las formas de resistencia. Tiene acción muy rápida y duradera. Se suele emplear en forma de tintura o una solución de yodo y yoduro potásico, ambas formas son útiles en la desinfección de heridas provocadas por bacterias o por hongos y en la cirugía menor.
Desde la farmacia, como consejo general, se recomiendan –para el tratamiento de heridas como primera elección– los derivados iodados, por su amplio espectro. Una excepción serían las heridas muy sucias en cuyo caso es mejor emplear agua oxigenada, pero antes de cualquier tratamiento será fundamental el lavado de la herida con agua y un jabón neutro para después aplicar el antiséptico adecuado, dejándolo actuar el tiempo suficiente para que desarrolle su acción.