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«El cine va a perder todavía más espectadores»

La Razón
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Madrid- Tener la gala de los Goya a dos días vista –mañana es la gran noche– debe de ser complejo para la agenda de la presidenta de la Academia de Cine, que encuentra un hueco para atender a LA RAZÓN. Mujer afable, habladora, responde a todo sin problemas. Y los ha habido, porque 2007 no ha sido un año fácil: se ha aprobado la nueva Ley de Cine tras un proceso plagado de posturas encontradas, las cifras han «delatado» la huida de espectadores de las salas (el cine, en general, ha perdido en nuestro país 9,5 millones de espectadores; el español, en particular, 3,8 millones). Y, para colmo, los Goya, cómo no, han estado precedidos de polémicas: cortometrajistas enfadados, canciones que no cumplen las normas, premios que desaparecen (el de Mejor Película Europea)... también hubo buenas noticias: la Academia estrenó sede y los Goya de 2007 ganaron un millón de espectadores en TV. Este año repite Corbacho como presentador.

La sorpresa de las «tapadas»

Pero empezamos el «tercer grado» pidiéndole que se «moje» sobre los inminentes premios: ¿«Las trece rosas» o «El orfanato»? Con14 nominaciones cada una, son las grandes rivales. «Cuando hay dos favoritos tan potentes, puede que quien se lleve el gato al agua sea en realidad "Mataharis", "Bajo las estrellas"o "Siete mesas de billar francés"–nos sorprende Ángeles González-Sinde–. Y a lo mejor se reparte ahí el voto. Es muy impredecible». No se trataba de que ejerciera de pitonisa, algo es algo. Siguiente «tema-Goya»: la ausencia de las joyas de la temporada entre los pesos pesados de la noche: «La ciudad de Sylvia», «Yo», «La soledad» (opta a cuatro premios, incluida Mejor Película)... Y responde la presidenta: «Claro, yo también lo creo. A mí me ha gustado mucho "Lo mejor de mí", "Ladrones"... Es un año de operas primas muy buenas, como "Concursante". Al menos hay diez obras de noveles que están muy bien, pero no había espacio para todos y los académicos han elegido».

La gala de los Goya de este año vio desaparecer de su parrilla el premio a los cortometrajistas. Éstos protestaron y la Academia cedió. González-Sinde no ve en ello un problema: «Se buscan las polémicas, porque el cine importa mucho. Los Premios Max, o los que se otorguen los médicos en sus congresos, no importan tanto a la opinión pública. El cine atrapa mucha más atención que el teatro, la música clásica o los Grammy». Aun así, cree que se equivocan al rechazar la opción que se les ofreció: «En la Noche de los Nominados iban a tener a todo el cine viendo sus cortos, y a todos los periodistas entrevistándoles y haciéndoles fotos con su premio». De otra polémica, la de Mejor Canción –tres finalistas fueron excluidas por no cumplir los requisitos–, la explicación puede resumirse: no se aplicó una base de datos informática que evita esos errores: «El año que viene seguramente sí se emplee», asegura.

Otra «polémica»: la desaparición de Mejor Película Europea: «Parecía que no tenía mucho interés ni para los beneficiados. Y es un feo que en una gala se dé un premio y no venga nadie a recogerlo». Más interés tiene el por qué de ese desinterés: «En España, si preguntas por la calle quién ganó los Premios Donatello, el César... tampoco lo saben». Y, prosigue la guionista y directora, «el cine europeo tiene un problema muy grave, que es la distribución. Salvo el ReinoUnido, el cine alemán, el italiano, viajan mal. El francés, un poco mejor, pero este año ha bajado en España».

Tendencia a la baja

Pasamos página y miramos a 2007. Las salas de cine vendieron 9,5 millones de entradas menos que en 2006. De ahí, 3,8 las perdieron nuestras películas. «Y seguramente el año que viene sean menos todavía –advierte–. La tendencia viene de Europa. Los altibajos son constantes, pero la línea es hacia abajo: hay menos cines, ir a las salas es más complicado porque no las tienes al lado de tu casa, y existen otras alternativas de ocio. España es de los países más fuertes en Europa en ventas de videojuegos».

Curiosamente, hay años, como 2001, que rompen el molde en recaudación: «Sí, pero no debemos estar ya confiando en que el cine en taquilla es la solución», advierte. El cine en casa, el DVD, el cambio a digital... «Todo eso va a suponer una revolución». En las salas, ahora mismo, «la mayoría de los 50 títulos más vistos son películas familiares: "Piratas del Caribe", "Shrek"... En España, porque es caro o por lo que sea, se ha dejado de cubrir ese hueco, pero hay que hacerlo, es lo que funciona en las salas». Hay que adaptarse o morir, por decirlo de forma cruda: «Pero no sólo el cine español, sino en general. Hace falta llegar a la gente en casa; hay que distribuir las películas de otra manera». La salvación tradicional para años de malos resultados era un «bombazo» por temporada: «Los otros», «Torrente 2», «Mar adentro»... «Sí, esa es la tendencia –reconoce la presidenta–, pero también para los americanos: o las películas son un taquillazo o van mal. Ya no hay ese término medio en que muchos filmes se definirían». En 2007 lo más visto español fue «El orfanato» y «[Rec]», ambas cintas de terror. ¿Debe el cine español darse al género o fracasar? «Esa es la cuestión: hay menos variedad –responde–. Estamos haciendo películas más pequeñas con menos dinero del que deberíamos. Y todo no pueden ser cintas de gente hablando sin más». Cita a Balagueró, a Rafa Cortés... «Hay que permitirles a estos chicos que desarrollen su carrera. Ya son cuatro o cinco los jóvenes que hacen un corto, lo ven en Sundance y están rodando su primera película en EE UU. Tengamos cuidado de que no haya una fuga de talentos como en la ciencia».

Otros talentos mal tratados son los guionistas. En un programa de radio, la presidenta no descartó una huelga como la de Hollywood. «Los guionistas españoles están muy descontentos», afirmó. Es un sector que «ha crecido muchísimo en los últimos 15 años» sin vivir un incremento similar en las retribuciones. En 2007 se aprobó la Ley de Cine. En la Academia son optimistas, pero con un matiz: «Las leyes hay que aplicarlas, no sólo aprobarlas».