Castilla y León
El «juez» que antes fue parte
Castilla-La Mancha y Extremadura han recurrido el Estatuto andaluz. Lo negociaron Chaves y Salgado.
El nuevo ministro de Administraciones Públicas, Manuel Chaves, tiene ya sobre su carpeta, en asuntos pendientes, un problema que conoce al detalle. Eso sí, ahora pasa de ser parte demandante a juez. El agua, en concreto la regionalización de los ríos, es uno de los grandes temas de Estado que el Gobierno debe dirimir en la presente legislatura. No será el único asunto que obligue a retratarse al ministro: la financiación o la Sanidad son otros ejemplos en los que se verá hasta dónde lleva su obligada, ahora, política de Estado. Viene para apagar fuegos, algunos que él ha creado. ¿Qué va a hacer Chaves desde su nueva posición ministerial? ¿Va a negociar con todas las comunidades planes de gestión como el que él impuso en el Guadalquivir? Parece complicado que el ministro vaya a negar a Castilla-La Mancha o Castilla y León lo que él colocó, con espátula, en el Estatuto andaluz. Lo hizo negociando con su antecesora en el cargo, Elena Salgado, y ninguneando la opinión del Ministerio de Medio Ambiente. «Ella no trabaja ni es partícipe con nuestra reforma del Estatuto», dijo al conocer la oposición al proyecto de la ministra Cristina Narbona.Recursos judicialesEn este momento hay dos recursos ante el Tribunal Supremo interpuestos por Extremadura y Castilla-La Mancha contra el artículo 51 del Estatuto andaluz, que se atribuye la gestión del Guadalquivir a su paso por territorio andaluz. También está recurrido ante el Constitucional. «Es inconstitucional y rompe la unidad de cuenca», han manifestado los dos barones socialistas. Guerra civil a la vista. El mismo escenario se da entre Extremadura y Castilla y León, que pretende en su Estatuto apropiarse del Duero. Ante este panorama, Chaves tendrá que tomar parte. Medio Ambiente no parece dispuesto a permitir la ruptura de la unidad de cuenca, pero si la negociación se hace «a la andaluza», primarán los criterios políticos sobre los sostenibles. Complicada es también la postura del presidente manchego, José María Barreda, que por un lado se opone al blindaje del Guadalquivir y por otro ve en él una salida perfecta para imitarlo con el Tajo. El Gobierno ha repetido hasta la saciedad que no romperá la unidad de cuenca, pero ya se lo ha permitido a Aragón y Andalucía. ¿Y el Tajo?
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