Vitoria
El Madrid se da otra oportunidad
Madrid- Con las excavadoras preparadas a las puertas de Vistalegre para dar comienzo a la reconstrucción, el Real Madrid se negó a dar por terminada la temporada y se concedió la oportunidad de sorprender en Vitoria y alcanzar la final de la ACB. Florentino Pérez acaparó todas las miradas desde el palco en lo que era su primer partido oficial como nuevo presidente. Messina es su hom- bre para el banquillo, el líder del nuevo proyecto que intentará de- volver la ilusión también a los aficionados al baloncesto, pero las negociaciones con el italiano tendrán que esperar un par de días más por lo menos. Joan Plaza, que sabe que está a un paso del adiós, quiere que éste sea lo más largo posible. Él y los jugadores dejaron a un lado el ambiente revolucionario y se centraron en llevar la serie al tercer partido. Ya habrá tiempo para reconstruir lo que haga falta, debió pensar un grupo al que no han parado de recordar durante toda la temporada que no está al nivel de los mejores. En la Copa cayeron a la primera y en la Euroliga se quedaron a las puertas de la «Final Four», ante la longitud de plantilla del Olympiacos. Un triunfo ayer no bastaba para salvar la temporada, pero sí para alargarla y mantener la opción de poderla salvar con unos cuantos milagros de esos de los que son capaces a veces los chicos de Plaza. Este Real Madrid es tan raro que es capaz de todo y anoche tocaba el lado bueno, el lado casi perfecto. Vistalegre les da un plus y la defensa, otro. Es cierto que el Tau, en especial algunos de sus titulares, no estuvo todo lo enchufado de lo que es capaz, pero también es verdad que cuando los blancos aprietan en defensa y pueden co- rrer son un equipo muy peligroso. Esto fue, precisamente, lo que hicieron en el último minuto de la primera mitad, lo que les permitió irse al descanso con la máxima diferencia del choque hasta ese momento (44-34, min. 20). Después del intermedio llegó la avalancha que se llevó por delante al Tau y acabó con el partido. Las sensaciones de falta de intensidad que habían dado los de Ivanovic en los dos primeros parciales se confirmaron en el tercero y el Real Madrid, inspiradísimo y muy concentrado, se aseguró el empate en la eliminatoria a lo grande. Hasta 30 puntos se fue la diferencia a favor de los blancos (75-45, min. 28), lanzados por un parcial de 10-2 nada más volver del vestuario. Al Tau lo habían sus- tentado el acierto en el tiro de Vidal y un aceptable comienzo de Splitter, pero los vitorianos no pusieron todo lo necesario, como si tuvieran claro que no hacía falta más porque con el cartucho que les queda en su casa es suficiente. Dusko Ivanovic se enfadaba en el banquillo, aunque daba igual, el Tau no estaba y el técnico montenegrino terminó resignado en el banquillo. El Madrid lo aprovechó para ganar de forma aplastante, hacer disfrutar a su público y cargar la moral para la hazaña que necesita mañana en Vitoria si pretende alcanzar la final. Florentino vivió la fiesta en la que se convirtió Vis- talegre en el último cuarto y comprobó que, de momento, la reconstrucción, aunque sean unas horas, tendrá que esperar.
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