Viena
El monstruo se enfrenta a su pasado
El «depredador de Amstetten» sabe que no volverá a la calle, aunque la sentencia no se conocerá hasta el viernes.
MADRID- Asesinato, incesto, violación, privación de libertad, esclavitud y coacción con agravantes. Hoy comienza el juicio contra el llamado «monstruo de Amstetten», el jubilado Josef Fritzl, quien encerró a su hija durante 24 años en un sótano y con la que tuvo siete hijos tras violarla sistemáticamente desde que la joven tenía tan sólo 11 años.La frialdad del acusado, de 74 años, que ya tiene asumido que pasará el resto de la vida entre rejas, le llevará a admitir todos los cargos excepto el de asesinato. Uno de los hijos engendrados por este depredador sexual murió tres días después de nacer por falta de atención médica y fue incinerado en la caldera de la casa. Fritzl, que ya cumplió una condena por violación en 1967, todavía no ha dado muestras de arrepentimiento, aunque ha reconocido que su actitud no «es normal».Máxima seguridadEl proceso que se celebrará en la Audiencia Provincial de Sankt Poelten, una ciudad de 52.000 habitantes, al oeste de Viena,tiene previsto durar sólo cinco días y ha generado muchísima expectación entre los medios de comunicación, especialmente anglosajones y alemanes. Las medidas de seguridad son máximas: 100 agentes de policía, frente a 95 periodistas admitidos en la sala, vigilarán el desarrollo del proceso, el acceso a los juzgados estará cortado y se ha decretado el cierre del espacio aéreo en un radio de un kilómetro y hasta una altura de 1.800 metros sobre la ciudad.Durante la semana, un portavoz judicial ofrecerá un resumen de las deliberaciones hacia las 16:00 horas, que será la única información oficial divulgada.Las autoridades austríacas ya han advertido de que tanto la divulgación de detalles de la causa a puerta cerrada como el acoso a cualquiera de las víctimas o sus familiares serán judicialmente perseguidos y penados con hasta seis meses de prisión. La hija de Fritzl, Elizabeth, que pasó 24 de sus 43 años en un zulo de 60 metros cuadrados sin luz ni ventilación natural, no comparecerá en el juicio por motivos de seguridad y permanecerá durante todo el juicio junto a sus seis hijos, bajo vigilancia policial en un centro psiquiátrico. En cambio, su testimonio será escuchado gracias a las 11 horas de grabación recopiladas en los últimos meses, en las que la mujer relata cómo su padre la encerró con 18 años, cómo la mantuvo encadenada, cómo la violó –unas 3.000 veces– y cómo dio a luz a siete hijos, uno de los cuales falleció poco después del parto.Elizabeth crió a tres hijos (de 20, 18 y cinco años) que no conocieron otra cosa que el húmedo sótano hasta que fueron liberados el pasado abril. Los otros tres niños, los más débiles y ruidosos, fueron llevados por su padre-abuelo a vivir con él y su esposa.
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