Iglesia Católica

El Papa: «La familia fundada en el matrimonio es insustituible»

La Razón
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Madrid- «Mi deseo es proponer el papel central, para la Iglesia y para la sociedad, que tiene la familia fundada en el matrimonio. Ésta es una institución insustituible según los planes de Dios, y cuyo valor fundamental la Iglesia no puede dejar de anunciar y promover, para que sea vivido siempre con sentido de responsabilidad y alegría». Estas palabras que pronunció el Papa Benedicto XVI durante el Encuentro Mundial de las Familias (EMF) que se celebró en Valencia en julio de 2006, sintetizan uno de los ejes principales de su Pontificado. La defensa de la familia, del matrimonio entendido como la unión entre un hombre y una mujer, y la responsabilidad de la Iglesia por defender los valores familiares han sido una constante en las homilías y discursos pontificios.

La última de estas encendidas defensas de la familia la pronunció el pasado día 11, con motivo del mensaje para la Jornada Mundial de la Paz que la Iglesia celebrará el próximo 1 de enero. En su mensaje, el Santo Padre afirmó que «la familia natural, en cuanto comunión íntima de vida y amor, fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, es el lugar primario de humanización de la persona y de la sociedad, cuna de la vida y del amor. Con razón se ha calificado a la familia como la primera sociedad natural, una institución divina, fundamento de la vida de las personas y prototipo de toda organización social». Por esta importancia de la familia, el Santo Padre también afirmó que «todo lo que sirva para debilitar a la familia basada en el matrimonio de un hombre y una mujer, todo lo que directa o indirectamente se ponga en el camino de la apertura a la aceptación responsable de una nueva vida, constituye un obstáculo objetivo en el camino a la paz».

A la promoción encendida e intensa del matrimonio, Benedicto XVI ha unido la tarea de la Iglesia por defender los valores familiares. Así lo expresó en el EMF de Valencia, cuando aseguró que «la familia es el ámbito privilegiado donde cada persona aprende a dar y a recibir amor», y que «proclamar la verdad integral de la familia, fundada en el matrimonio como Iglesia doméstica y santuario de la vida, es una gran responsabilidad de todos».

De este modo, el Papa se ha convertido en un firme adalid de la familia cristiana, y no ha dudado en animar a los fieles –como hizo en Valencia– a «seguir anunciando el Evangelio de la familia, y a reafirmar su vigencia e identidad».

«No a la muerte de un inocente»
A pesar de que han pasado 25 años desde entonces, el acto de hoy en la plaza de Colón tendrá un denominador común con el que se vivió en la plaza de Lima en 1982: un Papa defendiendo a la familia ante miles de fieles. Entonces, fue Juan Pablo II quien afirmó que «hemos sido confiados al Espíritu, para que las palabras del Señor acerca del matrimonio quedasen para siempre en el corazón de todo hombre y de toda mujer». También entonces, el Sucesor de Pedro cargó duramente contra el aborto, y recordó que «quien negare la defensa de la persona humana más inocente y débil, a la persona humana ya concebida aunque todavía no nacida, cometería una gravísima violación del orden moral. Nunca se puede legitimar la muerte de un inocente. Se minaría el fundamento de la sociedad».