Parlamento vasco
El PNV deja que se apague la llama de los ertzainas caídos
Conforme se va acercando el día del relevo en Ajuria Enea se multiplican las señales de que los nacionalistas abandonan el barco en tropel y desorden. En algunas instituciones se perciben alarmantes síntomas de deterioro y descomposición, como el que deja tras de sí un ejército en retirada. Ayer, por ejemplo, la Ertzaintza puso en evidencia al consejero de Interior, Balza, y por extensión a Ibarretxe, por un hecho de hondo contenido simbólico. Al parecer, el pebetero que en la Academia de Arkaute rinde homenaje a los ertzainas asesinados por ETA lleva apagado varios días. El deterioro del monumento es, según un sindicato de la Policía vasca, fiel reflejo de la «parálisis» en la que el PNV tiene sumido a un cuerpo integrado por profesionales ejemplares. Se trata del último despropósito de un partido que se bate en retirada y pierde la compostura en asuntos tan sensibles como éste.
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