Benedicto XVI

El príncipe Carlos y el Papa por la defensa del medio ambiente

El príncipe Carlos y el Papa por la defensa del medio ambiente
El príncipe Carlos y el Papa por la defensa del medio ambientelarazon

madrid- El Papa Benedicto XVI recibió ayer al príncipe heredero Carlos de Inglaterra y a su esposa (por lo civil) Camilla, duquesa de Cornualles. En un encuentro privado de quince minutos en la biblioteca privada del Pontífice, hablaron de «la promoción humana y el desarrollo de los pueblos, la defensa del medio ambiente y la importancia del diálogo intercultural e interreligioso para la promoción de la paz y la justicia en el mundo», según un comunicado de la Santa Sede. Tras el encuentro, pasaron otra media hora con el cardenal Tarsicio Bertone, secretario de Estado vaticano, y con el «ministro de exteriores» de la Santa Sede, el arzobispo Dominique Mamberti. Durante la sesión de fotos, el príncipe Carlos resaltó la figura de Juan Pablo II, de quien dijo: «fue un hombre estupendo, lo echamos terriblemente en falta». En abril de 2005, el príncipe inglés aplazó su boda con Camilla para asistir a los funerales del Papa polaco. La pareja regaló a Benedicto XVI doce platos de postre y un retrato firmado en el que salen ambos. El estatus matrimonial del príncipe Carlos y Camilla es complicado: están casados por lo civil, con una simple bendición religiosa anglicana, realizada, eso sí, con pompa, boato y televisión. Desde el punto de vista católico, Camilla sigue estando casada con su primer marido, Andrew Parker Bowles, a menos que un tribunal canónico encontrase alguna razón que mostrase que su boda en 1973 fue nula. El «último dictador» El Papa también recibió ayer a Alexander Lukashenko, presidente de Bielorrusia, a menudo llamado «el último dictador de Europa», que por la noche cenó con el primer ministro italiano Silvio Berlusconi y quiere dar a Europa el mensaje de que respetará los derechos fundamentales. Lukashenko, un post-comunista que durante años ha acosado a las iglesias cristianas, invitó ayer al Papa a acudir a Bielorrusia. Su hijo de cinco años regaló a Benedicto XVI un abecedario en letras cirílicas «para que las aprenda».