El rock de Ken Follett

La apuesta era alta. A un 1,5 millones de ejemplares vendidos. Si alcanzas la cifra, vienes a tocar. Hay que imaginarse la escena como en las mejores películas de Bogart: dos tipos apoyados en una barra con una copa en una mano y un cigarrillo en la otra. Es la única manera de firmar un trato bueno y honesto. Haya sido así o no, Ken Follett tocó ayer con su banda en la fiesta literaria que la editorial Random House Mondadori organiza todos los años con motivo de la Feria del Libro. «Esto es mucho más divertido que firmar libros», reconoció el escritor, pletórico, con zapatos de «gentleman» británico y pantalones de pinzas, al acabar las pruebas de sonido en el sesentero Florida Park. Padrino accidentalLlegó el viernes por la tarde. Un viaje amparado en el anonimato. Pretendía pasar por el bajo de un grupo de amigos. Pero su fama literaria es comparable al balón de oro de Cristiano Ronaldo. Demasiados libros vendidos con la cara en la contraportada. Tras visitar el Palacio Real, cayeron, para comer, en Casa Piluca. Fue el delirio. Los invitados de un bautizo lo reconocieron al cruzar la puerta. Le pusieron al niño en brazo y si no le hicieron padrino en el momento es porque faltaba el sacerdote. Follett mismo relata sus inicios: «Me compré una guitarra española de segunda mano por cuatro libras cuando tenía 14 años». Ha llegado hasta aquí con una banda en la que participa también su hijo, Emanuele, un agente literario, el guitarra Antony Harwood, una vocal con un par de títulos editados y un teclista que es poeta. «Tenemos canciones propias pero no las vamos a interpretar. Son terribles», señala. Follett reconoce que no cambiaría su profesión por la música: «Me gusta irme a dormir temprano y en este negocio tienes que mantenerte despierto hasta tarde». Su ideal es salir al escenario del Carnegie Hall. Mientras llega la oportunidad, alterna con los suyos por locales de Los Ángeles o en la Feria del libro de Frankfurt, donde ya ha tocado en cuatro ocasiones. «Al principio nos centramos en el blues, pero ahora derivamos más hacia el rock y algunos temas actuales. Sólo elegimos canciones que nos gustan». Ahora prepara la publicación de «Caída de gigantes», primer volumen de una trilogía sobre el siglo XX en la que aparece la Guerra Civil, pero, de momento, sólo bebió su Jack Daniels después del concierto.