Huelga de estibadores

El sector privado exige su espacio en la ley de ciencia

La reforma no da «voz» política a las empresas, cuando más de la mitad de la inversión en I+D es de capital privado.

Cristina Garmendia empieza a oír críticas a su borrador de ley
Cristina Garmendia empieza a oír críticas a su borrador de leylarazon

madrid- El borrador de la futura ley de ciencia no contenta a todos los agentes implicados en ella. Desde el sector privado, la Federación Española de Centros de Tecnología (Fedit) criticó ayer que no se ha contado con representantes de la empresa para elaborar el borrador y que el texto tampoco contempla un papel de la inversión privada en la elaboración de políticas de investigación. «La futura ley nos parece tímida e incompleta y al sector privado no se le da una voz que es imprescindible», resumió ayer Iñigo Segura, director general de la Federación Española de Centros Tecnológicos (Fedit), que reúne a 68 centros tecnológicos privados de España, que suman cerca de 550 millones de euros en ingresos, de los que dos terceras partes corresponden a actividades de I+D.Otro de los puntos que Fedit no comparte de la futura ley es que ésta no otorgue a la ciencia y tecnología mayor rango político y vaya a depender «de un Ministerio nuevo, que no sabemos cuánto va a durar», en lugar de estar en «presidencia del Gobierno, como en la pasada Legislatura».Las transferenciasSegura quiso hacer otra llamada de atención sobre el problema de la transferencia de competencias a las comunidades autónomas, un punto que, a su entender, la futura legislación debería matizar. «La norma debería definir las competencias del Estado en ciencia y tecnología, para evitar enturbiar o pervertir las decisiones», dijo. Con esto se podría evitar que las atribuciones de ciencia y tecnología se convirtieran en una «moneda de cambio» entre partidos nacionalistas y Gobierno, cuando el Ejecutivo necesite apoyos parlamentarios, tal y como sucedió en la negociación de los pasados Presupuestos Generales del Estado, cuando los socialistas tuvieron que ceder las mencionadas competencias al País Vasco para lograr el apoyo del PNV a los presupuestos.La sensación percibida por Iñigo Segura en todos los sectores con los que ha hablado es que «la ley se queda corta, no satisface». En su opinión, «el borrador va a necesitar mucha evolución para satisfacer a todos los agentes», por lo que anticipa que «tardará más de lo que está previsto en llegar al Parlamento». En los próximos días, la secretaría general de Política Científica del Ministerio de Ciencia e Innovación recibirá a los representantes de Fedit para discutir su punto de vista sobre la nueva ley y escuchar las propuestas que plantean los centros tecnológicos.