Castilla-La Mancha
En casa hasta que mejore la economía
La crisis económica ha provocado el regreso a casa de muchos marroquíes. Pero se trata de un regreso temporal. Durante esta etapa cruzan el Estrecho en dirección a España para renovar sus papeles de residencia y para hacer entrevistas de trabajo y luego retornan a casa a esperar a que la situación mejore. Según datos manejados por la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes en España (Atime), el 78 por ciento no tiene intención de quedarse en Marruecos. De hecho, fueron uno de los colectivos más críticos con el plan de retorno voluntario del Gobierno.En cambio, la falta de preparación les convierte en uno de los colectivos más expuestos a la crisis. La mayoría se gana la vida en la agricultura, hostelería, restauración, servicio doméstico y construcción; o como autónomos, en pequeños negocios. De los 579.311 empadronados (y cerca de 100.000 irregulares), 72.571 tienen derecho a prestaciones. Esto quiere decir que uno de cada cinco extranjeros con derecho a subsidio ha nacido en Marruecos. Una comunidad perseguidaOtro de los problemas a los que deben hacer frente cada día es el acoso social y policial. Por un lado, desde los atentados del 11-M se sienten perseguidos. «Desde todos los ámbitos se ha relacionado al mundo musulmán con el terrorismo, sobre todo los políticos. La convivencia diaria demuestra que están equivocados», indicó Kamal Rahmouni, presidente de Atime.Por otro, esta situación se ha visto agravada con las redadas indiscriminadas en varias ciudades españolas, sobre todo en Madrid, porque son fáciles de expulsar. Esta medida provocó una protesta a nivel diplomático del reino alauí y el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se comprometió a acabar con ella. Según Rahmouni, el problema sigue existiendo: «Es lamentable que una persona se sienta objeto de una persecución por el color de la piel o su forma de vestir».Precisamente han sido las buenas relaciones con Mohamed VI las que han permitido reducir la entrada de irregulares. Desde 2006, España colabora y financia el trabajo de control de fronteras marroquíes. Y han logrado sus objetivos. Durante 2008, el país africano cumplió fielmente con su papel de gendarme europeo y ha ejercido la represión sobre los nacionales que intentaron emigrar de forma irregular y las mafias –que mueven una media de 200 millones al año–, lo que ha provocado que los puntos de salida de pateras hacia España se trasladen hasta Mauritania.3 momentos históricos del éxodo1/ cambio de rutasEspaña dejó de ser una estación de paso hacia Francia, Bélgica y Holanda a convertirse en la última parada. Cataluña agrupa a la mitad del los ciudadanos alauíes, seguida de Andalucía, Madrid y Comunidad Valenciana.
2/ dificultadesLos atentados del 11-M les pusieron en el punto de mira de todos. Además, han sido víctimas de la persecución policial en Madrid, porque su repatriación es más barata que la de otros extranjeros.3/ futuroEl 78 por ciento tiene claro que no quiere volver a casa. Los que lo hacen es para esperar un giro económico que les permita volver a intentar labrarse un futuro, en un país al que sólo regresan para renovar papeles.
Más de 15.000 súbditos sueñan con llegar a EuropaMás de 15.000 marroquíes esperan una oportunidad en las grandes ciudades para dar el salto a Europa, según un estudio de Infomigra, un proyecto europeo que lidera la Generalitat Valenciana. Dicho informe refleja que el origen de la emigración es la pobreza extrema, el analfabetismo, el paro, la economía sumergida y el éxodo rural: «La emigración irregular de uno de los miembros es cada vez más un proyecto familiar en el que todos contribuyen como una inversión de futuro, tanto en el origen como en el destino». Para subirse a una patera llegan a pagar hasta 3.000 euros. Por lugares de residencia, Cataluña ha sido históricamente el lugar preferido por este colectivo, región en la que comenzaron a establecerse en los años 60. En un primer momento, España era un lugar de paso en el trayecto hacia otros países con mayor tradición migratoria como Francia, Bélgica y Holanda. Con el desarrollo económico de los años 80, España comenzó a ser un destino apetecible para los marroquíes. Hoy, por detrás de Cataluña, que agrupa a casi la mitad (209.000), se sitúan Andalucía (94.109), Madrid (77.438), Comunitad Valenciana (66.866), Murcia (58.355) y Castilla-La Mancha (28.875).
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