Juan Antonio Reig Plà
En el Cerro de los Ángeles hay doce misas hoy por el Sagrado Corazón
El viernes después de Pentecostés es el día más señalado en una devoción del siglo XVII pero con raíces previas.
Por el santuario del Cerro de los Ángeles, aproximadamente en el centro geográfico de España, han pasado esta semana los obispos auxiliares de Madrid (Fidel Herráez, César Franco y, ayer, Juan Antonio Martínez Camino) y el obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Pla, presidiendo misas, predicaciones y adoraciones al Santísimo, en presencia de las reliquias de Santa Margarita María de Alacoque, la monja francesa que en el siglo XVII divulgó la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Hoy, fiesta litúrgica de esta devoción, se celebran doce misas en este santuario de Getafe, una cada hora a partir de las 7 de la mañana y hasta las 20:30. Las misas de las 13 y las 20:30 las presiden el obispo anfitrión, Joaquín López Andújar y Rafael Zornoza Boy, su obispo auxiliar. En el santuario hay ya numerosos jóvenes que se preparan para la gran velada de mañana por la noche. Pasan ante las reliquias de Santa Margarita María y visitan la tumba de los cinco mártires del Cerro de 1936, fusilados por milicianos que les sorprendieron bendiciendo la comida. La Delegación de Jóvenes de Getafe hace un análisis histórico en su convocatoria: «El problema actual de España no radica tanto en las políticas educativas y juveniles laicistas cuanto en la secularización de tantos corazones bautizados que al perder su identidad dejan de ser luz en la oscuridad». Los responsables de jóvenes católicos de Getafe esperan que la velada nocturna muestre «un nuevo significado de la noche, que la amistad de Cristo es lo único que puede llenar la soledad de los corazones y su deseo de plenitud, que nunca encontrarán en sucedáneos como la droga, el alcohol, el desorden sexual, o cierta cultura escapista del fin de semana».De Jeremías al siglo XXILos jóvenes redescubren así una tradición cimentada ya en la milenaria Biblia. «Escribiré mi Ley en sus corazones y serán mi pueblo», dice Dios al profeta Jeremías (Jeremías 31,31). Y un siglo después, a Ezequiel: «les daré un espíritu nuevo, quitaré su corazón de piedra y les daré un corazón de carne» (Ezequiel 11,19). En el siglo XIII, Santa Gertrudis tuvo una visión: «en los últimos tiempos oirán la voz elocuente del Corazón de Jesús, el mundo se renovará, inflamado en la llama del amor divino». Margarita María difundió la espiritualidad del Jesús vulnerable, herido por la frialdad y el desprecio de los hombres. Un seminarista jesuita de 22 años, Bernardo Hoyos, recibió una promesa de Cristo en 1733: «reinaré en España». Y en 1899 el Papa León XIII consagró todo el género humano al Sagrado Corazón.
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