«En el colegio no dimite nadie» por Sergio Alonso

La verdad es que no sé qué más hace falta que ocurra para que la Organización Médica Colegial, las autoridades sanitarias, las sociedades científicas, las entidades profesionales y, si me apuran, los partidos tomen cartas en el asunto y exijan explicaciones a Juliana Fariña y a gran parte de su junta -no toda- sobre lo que sucede en el Colegio de Médicos de Madrid. Las irregularidades que han saltado a la luz pública son innumerables: despidos de trabajadores; una demanda de vulneración de derechos de la secretaria general contra la presidenta; denuncias de filtración de datos a Uniteco; un vocal sancionado por ausentarse de su trabajo... La última es, posiblemente, la más grave: según revela «Gaceta Médica», el director general de la Fundación del Colegio y ex vocal de Posgrado, Jesús Lago, recibió de la entidad que preside Fariña un pago de 2.300 euros por actividades formativas que, en teoría, le prestó a la misma desde su clínica privada. Se da la circunstancia de que también es partícipe de esta clínica Sara Vázquez, quien a su vez es vocal de Ejercicio Libre del Colegio. El asunto se complica más si tenemos en cuenta que Lago es gerente del hospital de Arganda. ¿Es ético que dos personas ligadas al colegio le facturen al mismo desde su empresa privada? ¿Es ético que realice actividades mercantiles desde una clínica privada el rector de un centro público? Mientras todo esto sucede, aquí no dimite nadie.