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Lima

España repartirá el tesoro de Odyssey

El fallo definitivo en el «caso Odyssey» puede prolongarse durante meses. Sin embargo, el botín es de tal envergadura que el Estado español está dispuesto a compartirlo con países iberoamericanos.

Greg Stemm cuenta las monedas, guardadas en contenedores en Tampa
Greg Stemm cuenta las monedas, guardadas en contenedores en Tampalarazon

La recomendación emitida el pasado miércoles por el juez federal Mark A. Pizzo (que recordemos que no es sentencia firme) ha supuesto un duro mazazo para la empresa «cazatesoros» que pilota Greg Stemm. En el Ministerio de Cultura se valora muy positivamente este primer avance mediante el que se ha dado un paso de gigante, un aldabonazo que llena de esperanza al Gobierno español, pero el camino que queda por recorrer aún es largo. Una de las primeras incógnitas es dónde descansarán las 590.000 monedas que Odyssey Marine Exploration (OME) sacó de España en un Boeing 757 desde Gibraltar en mayo de 2007 rumbo a su cuartel general de Tampa, en Florida, y que procedían de la fragata «Nuestra Señora de las Mercedes», hundida frente a las costas del Algarve en 1804. El monto es lo suficientemente abultado como para que el Ministerio se plantee exponerlo en su totalidad.
Cazar el oso
Según José Jiménez, director general de Bellas Artes y Bienes Culturales, «aún es un poco prematuro hablar de una localización exacta, del lugar donde se va a exponer. No vendamos la piel antes de haber cazado el oso», dice con cierta cautela, pero sin restar un ápice de importancia a la decisión que se conoció el pasado miércoles. Este diario ha podido saber que los servicios jurídicos de Perú estudian estos días la posibilidad de recurrir la recomendación emitida por el juez Pizzo. El plazo que tiene el país andino para presentarla, en el caso de que se decidan a hacerlo, expira el próximo 16 de junio, cuando se cumplen los diez días de la recomendación emitida por Pizzo. Sin embargo, a última hora de ayer saltaba la noticia de que el juez de la corte federal Steven Merryday decidía aumentar el plazo para que la compañía «cazatesoros» pueda presentar sus alegaciones a la recomendación formulada por el letrado Mark A. Pizzo hasta el 6 de julio. Odyssey vuelve así a poner en práctica una de sus tácticas: el alargar todo lo más posible el proceso en el tiempo.
 El magistrado norteamericano deberá decidir si considera la apelación de Odyssey Marine Exploration y si admite la petición realizada por el equipo de abogados que representa a España en el pleito y cuya cabeza visible es James Goold: reclamar la custodia inmediata del bien en litigio mientras se espera el fallo definitivo –que según fuentes consultadas por LA RAZÓN podría conocerse antes de finales de año– con independencia de que éste sea favorable o no a España. Es lo que en la legislación española se conoce como «petición a dos efectos».

De nuevo en Virginia
Será la Sala de Conflictos Marítimos del Tribunal Supremo de Estados Unidos con sede en Norfolk (Virginia) la encargada de emitir la sentencia. Recordemos que fue esta instancia superior la que en 2000 falló de manera favorable a España en los casos de «El Juno» y «La Galga de Andalucía», que llevó el letrado James Goold, y que enfrentaron entonces al Estado español con la compañía «cazatesoros» Sea Hunt.
En cualquier caso, y si el fallo que ha de emitir el Tribunal Supremo de Estados Unidos fuera finalmente favorable a España, en palabras de José Jiménez, el tesoro «habría de quedar instalado en un museo de titularidad estatal, en un museo del Estado». Podríamos estar hablando de dos importantes centros artísticos: el Museo Arqueológico Nacional, cuyas dependencias están siendo sometidas a una exhaustiva remodelación en el área que se denomina «de reserva», es decir, las salas que se destinan a almacenar las piezas que no se exponen al público. En una de ellas se distribuirían las monedas que hasta hoy se guardan con celo en las naves de un parque empresarial de Tampa si finalmente Cultura se decide por este emplazamiento. El segundo podría ser el Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena (Arqua), un centro que se ha convertido en una referencia en su especialidad y que se postula como una de las cabezas visibles de la futura Red de Museos de España.
Para Jiménez, hablar de una cifra tan abultada como 590.000 monedas es «hacerlo de una cantidad enorme, pero tengamos en cuenta que, además de las monedas de oro y plata, el tesoro está formado por una importante cantidad de artefactos de toda índole, como cañones, vasijas, etcétera, que son bienes de tipo arqueológico que forman y conforman el tesoro. De ahí que estemos negociando actualmente la posibilidad de compartir parte de ese patrimonio con países de América Latina». No obstante, José Jiménez insiste una vez más: «Seamos rigurosos y tengamos paciencia, porque hemos pasado el primer examen. No es el momento de precipitarse. Ahora sí que vemos la luz al final del túnel», comenta.