Afganistán
Espías de quita y pon
Parece no haber semana en la que Carme Chacón no tenga su laico «via crucis». Primero, el anuncio de retirar los soldados de Kosovo, que le causó un enfrentamiento público con nuestros aliados; poco más tarde, el vendaval de críticas que levantó la visita de los colegiales al acuartelamiento de Hoyo de Manzanares cuando parte de los soldados padecían gripe A; días después, se le insubordinan dos soldados en Afganistán quejándose de falta de medidas de seguridad de los camiones militares. Pues nada, ahora, en plena tempestad por la derrota del PSOE el 7-J, con el enfrentamiento de sus compañeros de partido catalanes con Zapatero y cuando más necesidad tiene el presidente de que su Gobierno decrete «calma chicha», le brota el sarampión de los espías israelíes de quita y pon en Líbano. El mal fario parece haberse apoderado de la más mediática «miembra» del Gobierno, inventora del esmoquin femenino para la Pascua Militar. Cuanto toca, se le retuerce a la ministra que llegó embarazada para mandar «firmes» y con divisa tan propicia que se hablaba de ella como «sucesora». Su figura política se difumina enredada en confusiones retransmitidas, desmentidos y obligadas marchas atrás. Quien en política exagera el marketing, la publicidad puede acabar friéndole.
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