Navarra

ETA unifica en un solo mando sus «comandos legales» e «ilegales»

Los terroristas intentan llevar al Gobierno «contra las cuerdas» y obligarle a abrir un nuevo proceso de negociación.

Imagen del atentado cometido el pasado viernes
Imagen del atentado cometido el pasado vierneslarazon

ETA ha unificado en un solo mando sus «comandos» de «ilegales» (integrados por individuos fichados) y «legales» (no fichados) dentro de su nueva estrategia «político-armada» anunciada por la banda en la última entrevista publicada en «Gara».Expertos antiterroristas consultados por LA RAZÓN señalan que, en los últimos años, se ha venido observando que la diferenciación entre ambos «aparatos» dentro del organigrama de la banda era cada vez más escasa. Sin embargo, las capturas en noviembre del año pasado de Garikoitz Aspiazu, «Txeroki», a quien acompañaba la responsable de «legales», Leire López Zurutuza, «Jare», y los posteriores arrestos de los sucesores de estos individuos (Aitzol Iriondo y Jurdan Martitegi), han precipitado la «unificación». No se sabe todavía con exactitud quién es el cabecilla que va a sustituir a Martitegi y que, por lo tanto, se hará cargo de la dirección de todos los «comandos». Se investiga a varios individuos con el fin de evitar que la persona designada por la banda esté en su puesto el menor tiempo posible.Las carencias operativas de ETA, fruto de la creciente eficacia policial, tanto en España como en Francia, han hecho que los dirigentes de la banda concedan cada vez más importancia a los «legales», hasta el punto de que los «comandos» operativos que han sido desarticulados en los últimos tiempos, o estaban integrados en su totalidad por individuos no fichados; o estaban encabezados por uno o dos «liberados» que se encargaban de dinamizar a un grupo, más o menos numeroso, de «legales».Los no fichados, que tradicionalmente se ocupaban de preparar informaciones para que los «liberados» pudieran cometer atentados, acompañar a éstos como conductores a las acciones delictivas o esconderlos en sus casas, tienen ahora un papel fundamental dentro de la actividad criminal de ETA. Colocan bombas, asesinan a tiros a personas, como el caso del empresario Ignacio Uría, o se ocupan de ocultar las armas y los explosivos para que todos esos atentados puedan llevarse a cabo.Leire López Zurutuza, «Jare», puede haberse convertido en una de las últimas responsables de los «comandos legales». Uno de sus cometidos, antes de ser arrestada junto a «Txeroki», fue el de dinamizar el «comando Hego Haizea», que formaban Aurken Sola y Javier Rey. Se desplazó en varias ocasiones a Navarra y Guipúzcoa para dar instrucciones a estos individuos antes de que fuera el propio «Txeroki», y el entonces responsable de cursillos, Jurdan Martitegi, los que completaran la formación de los futuros pistoleros destinados a causar muerte y destrucción en la Comunidad Foral. Las razones que han llevado a ETA a culminar la «unificación» son, según las fuentes consultadas, las de aumentar la seguridad y la de coordinar al máximo los atentados y la cadencia con que la banda va a intentar cometerlos. La estrategia de los pistoleros para el próximo semestre incluye una serie de acciones criminales de «impacto», como el asesinato perpetrado el pasado viernes en Arrigorriaga, con el fin de «romper la agenda» del Gobierno, tratar de llevarlo «contra las cuerdas» y obligarle a abrir un nuevo proceso de negociación.Pocos atentados, pero de gran impactoSi las informaciones de que disponen los expertos se confirman, ETA no ha previsto cometer un gran número de atentados, ya que ello obligaría a una gran movilidad a sus «comandos» con la consiguiente posibilidad de que fueran detectados por las Fuerzas de Seguridad. En ETA prima ahora, ante todo, la seguridad. Las comunicaciones en Francia entre los cabecillas son cada vez más difíciles (la banda criminal sospecha que su sistema interno no es fiable y que ha sido el origen de muchas caídas) y las reuniones se establecen con unas pautas de seguridad que hacen muy complicada su celebración. Por ello, creen los terroristas, si todos los «comandos» son coordinados por una persona, con los ayudantes más próximos, se ganaría en eficacia y se evitarían peligros.