Fracasa el diálogo entre Zelaya y el Gobierno golpista de Honduras

BUENOS AIRES- El diálogo entre las delegaciones hondureñas reunidas en Costa Rica fracasó ayer en su intento de encontrar una solución a la crisis política de Honduras tras el rechazo del grupo del nuevo Gobierno a la oferta del mediador, Óscar Arias, quien ha pedido 72 horas más para seguir trabajando y encontrar una solución, informa Efe.El punto que provocó la suspensión de las conversaciones fue precisamente el centro del plan formulado por Arias, que sigue siendo el retorno de Zelaya al poder y la constitución de un Gobierno de unidad nacional.El actual canciller de Honduras, Carlos López, declaró a la Prensa tras finalizar la reunión en la residencia privada de Arias, que se disculpaba con el mediador, pero que su propuesta era «inaceptable, especialmente en su punto número uno» [el referido al regreso de Zelaya al poder]. «Lo siento mucho, pero las propuestas en que usted ha insistido resultan inaceptables para el Gobierno constitucional de Honduras que yo represento», dijo en una declaración pública ante periodistas.Justificación golpistaLópez insistió en que el nuevo Gobierno hondureño que encabeza Roberto Micheletti «representa la voluntad general, toda la institucionalidad jurídica y ejerce el control pacífico en todo el territorio». «No es un Gobierno de facto ni fruto de un golpe de Estado», afirmó el representante del Ejecutivo que detenta el poder desde que el 28 de junio los militares sacaron por la fuerza del poder y del país a Zelaya.Arias lamentó que la discusión no llegara a buen puerto en el día de ayer y recordó que la delegación que representa al depuesto presidente, Manuel Zelaya «aceptó íntegramente» su propuesta, pero no así la de Micheletti. El mediador afirmó que en los próximos tres días, desde Costa Rica, tratará de convencer a Micheletti para que acepte su propuesta de siete puntos y se logre una solución pacífica al conflicto desatado el pasado 28 de junio. Arias manifestó su temor a que si no se alcanza una salida en la mesa del diálogo se desate una guerra civil y «un derramamiento de sangre que no merece el pueblo hondureño».Mientras, Tegucigalpa volvía a amanecer ayer con toque de queda, con nuevas marchas y bloqueos de carreteras protagonizados por los seguidores de Zelaya.Mientras, el fantasma de la vuelta de «Mel» era aireado desde todos los frentes. Hugo Chávez insistía desde Venezuela, la primera dama Xiomara Castro, desde Honduras, y el propio Zelaya, desde Nicaragua. Puesto que el aeropuerto sigue fuertemente custodiado, el regreso tendría que intentarse por tierra desde el Salvador o Nicaragua.Además, en una entrevista concedida al diario «Folha de Sao Paulo», el depuesto presidente aseguró que no renuncia al proyecto de consultar a la población sobre la convocatoria de una Asamblea Constituyente.«El pueblo me envió 500.000 firmas que decían: ‘queremos ser consultados'. Por eso establecimos un proceso para consultar la opinión pública. Eso fue lo que provocó la ruptura y el golpe. No temen la consulta. Lo que temen es que el pueblo se organice y tenga voz, que tome decisiones», afirmó Zelaya.

URIBE ENTREGA A LA OEA EL VÍDEO QUE COMPROMETE A CORREAEl Gobierno colombiano entregó ayer a la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington una copia del vídeo en el que un jefe de las FARC admite que esta guerrilla aportó dinero a la campaña electoral del presidente ecuatoriano, Rafael Correa. Con la entrega del documento se busca que la OEA «adelante las investigaciones pertinentes», dijo el secretario de Prensa de la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo, César Mauricio Velásquez, en declaraciones a periodistas de Bogotá. Mientras tanto, en Ecuador, la comisión encargada de investigar el bombardeo de las fuerzas colombianas en su territorio, en marzo de 2008, en el que murió el jefe máximo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Manuel Marulanda Vélez, alías «Tirofijo», anunció que incorporará el documento a su pesquisa. El vídeo recoge una comparecencia del jefe militar narcoterrorista, Jorge Briceño, alias «Mono Jojoy», ante decenas de combatientes reunidos en algún lugar selvático del país. Allí Briceño lee de un ordenador portátil una larga carta escrita por «Tirofijo», conocida como «el testamento», que destaca la «ayuda en dólares a la campaña de Correa y posteriores conversaciones con sus emisarios».