Fracaso soberanista

Unos 200.000 catalanes salieron ayer a la calle en una confusa manifestación donde, bajo el lema «Somos una nación y decimos basta! Tenemos derecho a decidir sobre nuestras infraestructuras» coincidían los planteamientos y las posiciones más divergentes. No fue ningún éxito. Ninguna visión optimista puede paliar el fracaso de una convocatoria que no contó con el apoyo ni del PSC ni del PP. Es cierto que la sociedad catalana está indignada por la crisis ferroviaria y que exige un trato justo en materia de inversiones, pero los intentos partidistas de capitalizar este enfado no llegaron a buen puerto.

Una manifestación convocada por 155 entidades sociales, cívicas y culturales con el apoyo de CiU, ERC e ICV sólo consiguió reunir, en una visión optimista, unas 200.000 personas. Esto ha sucedido tras el estado de agitación que se ha vivido en numerosos medios de comunicación, especialmente públicos, donde se había pedido directamente una asistencia masiva. Es cierto que los organizadores y los partidos salieron diciendo que fue un enorme éxito. Lo hubiera sido con una participación realmente masiva en las calles. Acudieron los de siempre o incluso menos.

La utilización partidista de la convocatoria se pudo comprobar con la esclarecedora frase de Carod-Rovira, cuando afirmó que «mañana reclamaremos decidir si nos continúa interesando pertenecer al Reino de España». Lo sucedido hay que enmarcarlo en el estado de agitación electoral a tres meses de las generales, donde todos se juegan mucho. Otra cuestión distinta es que el Gobierno, al margen de que esté el PSOE o el PP al frente, deberá tomar buena nota sobre la necesidad de hacer inversiones para que no se vuelva a producir el espectáculo lamentable que vive Cataluña en materia de infraestructuras. Ésta sí es una reivindicación justa y razonable.