Pensiones
Fritos
No hace falta ser un lince para saber que vamos a terminar «fritos a impuestos». Mucho me temo que a finales de la semana pasada tuvimos un aperitivo de lo que está por llegar, con la subida de los correspondientes a varios carburantes y al tabaco. Pero ese es el comienzo, porque creo que esto no ha hecho más que comenzar. La verdad es que se veía venir. El Estado es, al final, como una gran economía familiar, que se pone a gastar más, porque su cabeza, a la sazón Zapatero, es un manirroto, y encima con crisis de por medio.
Para hacer frente a esta situación hay varias posibilidades: vender patrimonio, que no es el caso; endeudarse, pidiendo un crédito o emitiendo deuda pública; dejar que aumente el déficit público (que ya está por las nubes) o lograr que se recuperen los ingresos. Y está última es la vía que ahora ha decidido utilizar el Gobierno. Pero, ¡mucho cuidado!, porque, además de las estatales, ahí están las arcas de las Comunidades Autónomas, las Diputaciones y los Ayuntamientos, que se encuentran llenas, pero de telarañas, y ellas también pueden subir algunos impuestos. Lo dicho, «fritos a impuestos».
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