Sevilla
Griñán igual que Zapatero acusa a Arenas de utilizar el paro como arma
El líder popular le señaló que el INE ya habla de un descenso del 3 por ciento del PIB, cuando la Junta sólo contempla el 1,6.
Primera sesión de control de José Antonio Griñán como presidente de la Junta de Andalucía y primer enfrentamiento dialéctico con el presidente del PP-A, Javier Arenas. Griñán utilizó argumentos ya escuchados en boca de Chaves: «El PP es el partido del no»; otros de Zapatero en su reciente Debate sobre el Estado de la Nación con Rajoy, cuando acusó a Arenas de usar «a los parados como munición política»; y añadió algunos de cosecha propia: «Si quieren aplicar su programa electoral, ganen las elecciones, mientras tanto pacten y transijan».
Arenas, con su folleto que contiene las cien medidas de su partido para luchar contra la crisis en la mano, tiró de datos económicos para responsabilizar a Griñán de la situación económica y ahí el presidente se siente a gusto. «Yo no estaba en Estados Unidos cuando comenzó la crisis», le manifestó al dirigente popular. El presidente mantiene su teoría de que la coyuntura actual es responsabilidad de la falta de regulación de los mercados financieros norteamericanos, pero no explica la falta de competitividad y la ineficiencia del mercado de trabajo andaluz, que genera la mayor tasa de paro de España, el país de la Unión Europea que más empleo ha destruido en el último año.
Arenas tiró al principio de sobreactuación. «Estoy sobrecogido –comenzó– por los datos del Instituto Nacional de Estadística, que señala que el decrecimiento en Andalucía puede ser del tres por ciento frente al 1,6 fijado en los presupuestos de la región». A continuación le señaló el «fracaso» de las medidas de lucha contra la crisis puestas en marcha por la Junta de Andalucía desde febrero de 2008, así como las promesas del discurso de investidura de Griñán, «que se han disuelto como un azucarillo». Le acusó de que no va a realizar reformas en la Administración, nada de austeridad, que ha aplazado la descentralización y que ha anunciado una reforma educativa «sin reforma ninguna». También le pidió que no asuma la desgravación por la compra de una vivienda en el tramo autonómico del IRPF.
La situación de los desempleados también salió a relucir. El presidente del PP-A le recordó que existen casi 300.000 familias en la región sin ingresos. Griñán aprovechó más tarde para anunciar un plan, coordinado con el Gobierno central, para que los parados que agotan sus prestaciones sociales puedan cobrar una remuneración vinculada a políticas activas de empleo o de formación para reintegrarlos al mercado de trabajo. La fecha para su entrada en vigor dependerá del acuerdo con el Ejecutivo de Zapatero.
Las promesas del presidente del Gobierno en el Debate sobre el Estado de la Nación en las que implicaba a las comunidades autónomas también estuvieron presentes. Griñán aseguró que había sido informado previamente por teléfono por dos vicepresidentes del Gobierno. «Eso es democracia telefónica», le espetó Arenas, que le recordó que las decisiones en Andalucía se toman en el Consejo de Gobierno y en el Parlamento. «Hubiera preferido que en otras épocas –en alusión a Aznar– nos llamaran en lugar de quitarnos el dinero», le contestó rápido Griñán, que sabe que es muy bien recibido entre los suyos que se denoste de vez en cuando al ex presidente.
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