Londres
Jackson fiebre en la pasarela
Balmain se inspira en la célebre chaqueta del rey del pop para su actual colección, ahora revalorizada
¿Premonición o el don de la oportunidad? Sea lo que fuere, algo está claro: Christophe Decarnin, director creativo de la casa parisina Balmain, está en racha. Aterrizado en la «maison» en 2005, a donde llegó siendo casi un desconocido a pesar de haber trabajado para Paco Rabanne, este francés de 45 años ha hecho perder la cabeza a las jóvenes francesas. Pero Decarnin no habría sido nadie si en su vida no se hubieran cruzado dos personas. Por una lado, Emmanuelle Alt, la directora de moda de «Vogue» París y responsable de la salida a la luz del diseñador. El otro: Michael Jackson, que lo convirtió en su último diseñador de referencia. Y todo, gracias a una simple chaqueta que pasará a la historia como la «Michael Jackson jacket». Y es que, cuando Decarnin presentó su desfile para esta primavera/verano, todo un homenaje a la estética del Jackson más ochentero, nada hacía presagiar lo que sucedería apenas seis meses más tarde. La prenda estrella, una chaqueta de lona y cristales de inspiración militar y calcada de las que el cantante luciera en su última etapa como artista de éxito, es ya el fetiche de un selectísimo puñado de celebrities: Beyoncé, Rihanna, Victoria Beckham yLindsay Lohan son de las pocas afortunadas que pueden lucirla. Su precio, unos 12.000 euros (ha estado a la venta en net-a-porter.com, aunque ahora sólo queda una versión económica a 3.485 y la escasez de unidades, dada la complicación de su trabajo, hace de ella una prenda única. Si primero se trató de un sencillo caso de inspiración, la relación entre Balmain, Christophe Decarnin y Michael Jackson alcanzó la categoría de admiración recíproca. Cuentan que el cantante, que nunca siguió las tendencias –aunque él mismo las creara–, sucumbió a los encantos de Balmain gracias a Emmanuelle Alt, que le descubrió la firma y a su diseñador. La estrella se hizo «fan» y, de hecho, fue habitual verle vistiendo prendas de Balmain en sus últimas apariciones públicas. Eso sí, siempre se trató de piezas de las colecciones de mujer adaptadas para él: «blazers» negras con maxi tachuelas del invierno pasado, la ya célebre chaqueta militar de esta temporada o la camiseta estrella del próximo invierno, realizada en algodón negro y estampada con un llamativo esqueleto plateado. «Look» tricolorPero no es Decarnin el único que ha hecho del intérprete su fuente de inspiración. Desde su muerte, revistas y webs de moda de todo el mundo no han parado de hacer repasos a su indumentaria. Porque Jackson logró marcar la historia de la moda. Su carácter caprichoso y su pasión por mantener una estética única le llevaron a actualizar constantemente su vestuario. Y como en la vida de todo artista, atravesó por etapas diferentes. La primera, coincidiendo con el éxito de «Thriller» (1983), se caracterizó por el «look» tricolor –rojo, negro y blanco–, los pantalones por encima del tobillo, los mocasines negros con calcetines blancos y, por supuesto, la cazadora en cuero rojo con cremalleras. La década de los 80 fue también la de su «guante único» (Beyoncé le ha «copiado» en varias ocasiones). Y fue único por dos motivos: porque sólo llevaba uno y porque la pieza, que estaba realizada con cristales Swarovski, se subasta ahora. En 1988 llegó la película «Moonwalker», y con ella otro de sus looks-icono: tuxedo negro con camisa blanca, corbata negra y sombrero tipo Fedora. Pero la estrella estaba ávido de extravagancia y teatralidad. Y los años 90 se tradujeron, precisamente, en la obsesión por la estética militar: correas, brazaletes, escudos y la chaqueta que se convertía definitivamente en la protagonista. Se sabe que imitó en sus inicios al cantante de estética dandy de los años 80 Adam Ant. Jackson incluso le llamó personalmente para preguntarle dónde compraba sus chaquetas y Ant reveló su secreto: las encargaba en la tienda de vestuario y disfraces Berman's & Nathan's de Londres. Llegó el nuevo milenio, y la estética de Michael Jackson entró, como su salud y popularidad, en una espiral de aciertos y errores. La militar «jacket» siguió siendo protagonista, pero unida a otras prendas que, vistas ahora, resultan espeluznantemente actuales: blazers de lentejuelas blancas, cazadoras de cuero con maxi hombreras y botas con numerosas hebillas. Pijama inspiradorPero su decadencia física y personal también hizo mella en su forma de vestir, hasta el punto de llegar a salir a la calle con pantalón de pijama (casualidad o no, una de las propuestas para esta temporada de Dolce & Gabbana). A pesar de los vaivenes estéticos, hubo algo a lo que permaneció fiel hasta el final: su sombrero, sus guantes y sus gafas de aviador –el modelo Targa de la marca Dita fue su preferido–, aunque no a Balmain; al contrario de lo que cabría pensar, el vestuario de «This is It», la que habría sido su gira de regreso, fue encargado a Swarovski, que trabajó en decenas de diseños con más de 300.000 cristales. Esta vez, por desgracia, sus adorados cristales no brillarán.
A la últimaGiorgio Armani, ilustre seguidor de JackoNos tiene acostumbrados a pocas sorpresas dadas sus siempre clásicas –a veces en exceso– colecciones. Pero esta temporada, Giorgio Armani ha sido otro de los creadores que, consciente o inconscientemente, ha tenido a Michael Jackson en mente. Es la conclusión que se extrae del tremendo parecido entre sus blazer de hombreras XL –Victoria Beckham la lució en su presentación como imagen de la colección de lencería del diseñador italiano– y las que Jackson luciera un concierto sí y otro también allá por los 90.
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